martes, 12 de febrero de 2013

Lo contemporáneo y las revoluciones


Analizar la construcción del Estado contemporáneo implica conocer la cultura política que se iba extendiendo por Occidente y en base a ella la estructura constitucional que se fue diseñando para aplicar el nuevo gobierno basado en la soberanía nacional, la representación y la separación de poderes en defensa de los derechos del hombre y el ciudadano. Fue la tarea más singular del siglo XIX.

1. QUÉ ES LO CONTEMPORÁNEO

Históricamente se asocia lo contemporáneo a los procesos revolucionarios que cambiaron en Occidente el modelo político, económico y social que regía las sociedades, que por eso denominamos del Antiguo gimen, para diferenciarlas del Nuevo que se inicia entonces y que se comen a gestar en el ámbito atlántico.
No todos los occidentales hemos realizado la misma periodizacn en el análisis de la contemporaneidad. Los anglosajones, teniendo en cuenta la revolucn inglesa del siglo XVII que tanta trascendencia tuvo en la llegada del Nuevo Régimen, distinguen entre Modern History que llegaría hasta la Primera Guerra Mundial, y la contemporaneidad, que se iniciaría con ella, y es que carecen de los procesos traumáticos que sufrió el continente en el siglo XIX, carecen del referente de la revolución para hablar de contemporaneidad, a no ser que la retrotrajeran a finales del XVII.
También hay dificultad para ponerle un punto final a la época contemporánea. Nos corresponde ponerle un final, ateniéndonos al uso histórico del término y comenzar a usar otras denominaciones para las épocas actuales.
España está entre los países en los que la revolucn marcó claramente el inicio de algo nuevo en el tránsito del siglo XVIII al XIX. Desde la misma invasión napoleónica, guerra y revolucn fueron la puerta de entrada a nuestra contemporaneidad.

2. LA ÉPOCA DE LAS REVOLUCIONES. IDEAS Y PROCESOS EN LA CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO CONTEMPORÁNEO. LA NUEVA CULTURA POLÍTICA

2.1. La revolución inglesa.

El ciclo revolucionario que marcó el imaginario de los ilustrados del siglo XVIII fueron los dos momentos revolucionarios ingleses en 1640 y 1688.
Con los Tudor, en el siglo XV, el poder monárquico quedó centralizado al final de la guerra de las Dos Rosas, llegándose a la Monarquía absoluta, aunque se respetó la tradicn de la Carta Magna, que implicaba colocar la ley por encima del Rey.
Los conflictos con el Parlamento comenzaron en el siglo XVI, cuando la expansión inglesa necesitó reunir más a menudo al Parlamento para aprobar los gastos extraordinarios según la tradición aceptada. Con Jacobo I de Escocia se romp con la tradición y el Estado pa a ser propiedad de la casa gobernante ocasionándose un conflicto entre los órganos del Estado que desembocó en la guerra civil. Carlos I siguió la tradición de su padre y disolv el Parlamento cuando le negó los tributos extraordinarios, pero en 1628 el pueblo se negó a pagar los impuestos y tuvo que volver a reunirlo. Fue la ocasión para que los Comunes hicieran una Petición de Derechos que se basaba en que la nación no podía ser obligada a soportar pagos forzados e impuestos que no habían sido votados por el Parlamento.
Tampoco nadie podría ser detenido ni privado de sus bienes sino por decisn judicial conforme a las leyes. Carlos I cedió para conseguir el dinero solicitado para luego violar su palabra. Entonces los Comunes declararon enemigo capital del Estado, traidor de las libertades de Inglaterra y enemigo del país a todo aquel que contribuyera o sugiriera hacerlo sin autorización del Parlamento y el Rey volvió a disolver los Comunes, buscó apoyo en los Lores y gobernó once años como rey absoluto. Las dificultades del gobierno forzaron al Rey a convocar nuevas elecciones comprando o coaccionando a los votantes, sin embargo la mayoría de los componentes del Parlamento eran constitucionalistas y se consiguió crear un informe denunciando los abusos del Rey, a lo que se sumaron diversas propuestas de reformas, conocida como la Gran Protesta y rechazada por el Rey. Se produjo entonces una revuelta generalizada. El Rey se hizo con un ejército mercenario y los parlamentarios reunieron un ejército radical, disciplinado e ideológico, considerado una unn de hombres libres del pueblo de Inglaterra para defender la libertad y los derechos fundamentales del pueblo. La guerra civil se prolongó entre 1642 y 1653 con tres periodos.
Al Rey se le juzgó y condenó por tirano y criminal y fue ejecutado. A partir de ahí comen el gobierno revolucionario cuya primera intencn fue buscar otro Rey; sin embargo, el predominio de los radicales del Ejército llevó a la proclamacn de la República, la abolición de los Lores y el establecimiento de un Parlamento unicameral. El poder supremo pertenecía al Parlamento y el poder Ejecutivo lo ejercía un Consejo de Estado.
En este modelo revolucionario, denominado Gobierno de Asamblea, el gobierno quedó en manos del Parlamento, la Asamblea, donde se reúnen y confunden todos los poderes. Duró hasta el 20 de abril de 1653 cuando Cromwell protagoni un auténtico golpe de Estado militar, disolviendo el Parlamento, que quería perpetuarse. Comenasí el gobierno personal de Cromwell, con reformas como la racionalizacn y simplificacn legal, el matrimonio civil, el fin de los privilegios eclesiásticos, la codificacn del Derecho. La Restauracn llegó con la muerte de Cromwell, pero no fue una contrarrevolucn; El Parlamento no dejó de su mano la política exterior, la religión o el comercio. En el nuevo reinado el problema llegó con la tolerancia del Rey con los católicos que representaban en toda Europa el absolutismo. La Monarquía vulneraba los derechos de los ingleses al no convocar el Parlamento sino cuando fue estrictamente necesario. A la muerte de Carlos II, en 1685, Jacobo II siguió la misma política. La esperanza pa a ser su hija, protestante. La división final se produjo cuando el Rey tuvo un nuevo hijo y se llegó a temer una regencia católica. Se dice que entonces nacieron los partidos políticos en Inglaterra: los Tories, anglicanos, conservadores, enemigos tanto del catolicismo como del puritanismo, que querían una Corona fuerte y no admitían la resistencia a la autoridad. Los Whigs eran puritanos que proponían la tolerancia religiosa, un Parlamento fuerte, el pacto social y el derecho de resistencia a la autoridad.
Ambos partidos se unieron en 1688 para derrocar a Jacobo II; pidieron ayuda a Guillermo de Orange, esposa de su hija María, y permitieron al Rey irse para restaurar tras su partida los derechos tradicionales de los ingleses y la antigua constitucn. La corona pa a su hija María con la exigencia de que su marido, Guillermo de Orange, fuera también proclamado rey. Todas las condiciones impuestas para el traspaso de la Corona se formularon bajo la forma de una Declaracn de Derechos que puso fin a la Gloriosa Revolución (1688-1689), quedando sentadas las bases del moderno sistema constitucional inglés. Esta parte de la revolucn, la segunda revolución, se produjo de forma pacífica. Se estableció que no se pudieran cargar impuestos que no hubieran sido aprobados por el Parlamento. Se estableció la libertad de culto, excepto para los católicos. Fue la época en que se produjo la unificación definitiva de Inglaterra y Escocia. La Constitucn (entendida como todo este proceso legal que se fue construyendo a lo largo del tiempo y que se mantenía vigente) comen a ser reconocida ya como un hito histórico. La estabilidad que produjo esta nueva situacn favoreció el desarrollo. Era la sociedad más avanzada desarrollándose la cultura y un nuevo pensamiento.

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