martes, 12 de febrero de 2013

La revolución norteamericana: Parte 1


La revolucn de las Trece Colonias británicas en América del norte constituyó un hito fundamental en la historia de Occidente que sirvió de referencia a las posteriores revoluciones en su lucha por el asentamiento del liberalismo. Se inició como un levantamiento pero se convirtió en un conflicto internacional que llegaría a formar la primera sociedad democrática del mundo moderno, una república federal, regida por una Constitucn y por un gobierno nacional.

1. FUNDAMENTOS TEÓRICOS Y CONTEXTO

Los fundamentos políticos de los ilustrados no habían arraigado de forma práctica en la sociedad del Antiguo gimen. Los problemas con la metrópoli fueron el detonante para que una sociedad peculiar con unas normas propias rompiera con el pasado para convertirse en la vanguardia de la libertad y el republicanismo.
La convulsn política de las colonias coincidió con la revolucn industrial. El conflicto se inició en unas circunstancias de crisis económica por el alza de precios y estancamiento de mercancías que tuvo lugar en 1770
Los ideólogos americanos tuvieron muy en cuenta la idea de que el poder del gobierno derivaba del pueblo, que la soberanía permanecía siempre en el pueblo y que el gobierno era solamente un organismo que le representaba de forma temporal y revocable.

1.1. Las colonias británicas en América antes de la revolución.

Las trece colonias británicas establecidas en la costa este de América del Norte eran New Hampshire, Massachusetts, Connecticut, Rhode Island, Nueva York, Nueva Jersey, Pensilvania, Maryland, Delaware, Virginia, Carolina del Norte, Carolina del Sur y Georgia, y formaban un pequeño mundo de gran dinamismo y movilidad que aumentaba de población a un ritmo extraordinario.
La corriente migratoria desde las Islas Británicas en el siglo XVIII era incesante y este aumento ocasionó una gran presión demográfica. Las gentes se trasladaban en busca de terrenos donde establecerse en el interior creando a su paso multitud de nuevas poblaciones que servían para abastecer a los viajeros y extender el comercio y a partir de 1760 se inició la exploracn de nuevos caminos hacia el oeste por cazadores muchos colonos y especuladores cruzaban los Apalaches. Otros se encaminaron al sur o hacia el noroeste o las cuencas del Ohio y Mississippi. La poblacn no se concentraba mucho en las ciudades.
A los puritanos ingleses se habían unido poco a poco campesinos escoceses, irlandeses, alemanes, holandeses y protestantes franceses, que no sentían lealtad a la Corona británica. A pesar de esta diversidad en el origen de los colonos, la vida social se rea en la mayor parte de los estados por las normas británicas.
Los puritanos ingleses, muy apegados a las tradiciones, habitaban las colonias del norte, llamadas de Nueva Inglaterra. Se dedicaba a la agricultura en pequeña escala, tenían muchos recursos madereros, caza de ballenas, abundante pesca y comercio marítimo.
Las colonias situadas en el centro, con ciudades tan importantes como Nueva York y Filadelfia, se dedicaban al comercio por el río Hudson hasta el estrecho de Long Island. Los grandes propietarios, con haciendas dedicadas al cultivo de tabaco y algodón, se habían establecido en el sur. Comerciaban también con artículos navales y maderas. Llegaron a contar con un gran número de esclavos procedentes de África.

2. LA VIDA POLÍTICA EN LAS COLONIAS

Cada colonia se regía de distinta forma dependiendo de su origen, pero el sistema político continuaba basándose en el británico. Estaban regidas por un gobernador y organizadas en asambleas elegidas por sufragio restringido. En algunas el gobernador era nombrado por el monarca, en otras era elegido.
La vid potica era muy activa, toda la poblacn se interesaba por las luchas que mantenían los lectores. Cada Estado o colonia podía funcionar de forma casi autónoma a pesar de que la metrópoli intentaba reorganizar la administración colonial.
Las colonias    tenían economías complementarias y se relacionaban con mucha frecuencia.

3. LA ECONOMÍA COLONIAL

La base de la próspera economía de las colonias inglesas era la agricultura, la caza, la pesca y el comercio. La mayor parte de la población trabajaba el campo. En Nueva Inglaterra se cultivaba maíz, avena, centeno, trigo y frutales. En el sur se cultivaba tabaco, arroz, índigo, morera y cáñamo.
El resto de la poblacn lo constituían mercaderes, marineros, mineros y pequeños artesanos ya que la mayoría de las manufacturas eran importadas desde Gran Bretaña. La metrópoli recibía especias, maderas, pieles, aceite de ballena, salitre, pez, cáñamo, etc. Las colonias tenían por obligación que comprar sus manufacturas a la metrópoli y utilizar para sus exportaciones navíos ingleses o que todas las importaciones de otro país a las colonias tuvieran que pasar por un puerto inglés y pagar un peaje. El Acta de Navegacn obligó a las colonias a reservar ciertos productos como el tabaco, el acar, el índigo, el algodón y algunos otros en exclusiva para el mercado inglés. Estas cargas se fueron haciendo muy impopulares entre los colonos.

4. LOS INTENTOS DE REFORMA COLONIAL DEL GOBIERNO BRITÁNICO

La rreforma de la administracn colonial había sido discutida en el Parlamento británico en muchas ocasiones, sin llegar a concretarse.
La llegada al trono de Jorge III en 1760 que decidió intervenir activamente en los asuntos de Estado, cambiaría las relaciones con los colonos.
Al finalizar la Guerra de los Siete Años (1758-1763), el gobierno se enfrentó a la reorganizacn de los nuevos territorios y a la regulación del comercio. Además, trató de solucionar los problemas financieros derivados del conflicto con nuevos impuestos sobre las colonias.
Una de las primeras medidas fue volver a poner en vigor la prohibicn de comerciar con cualquier otro país que no fuera Inglaterra. Poco más tarde la Sugar Act gra las importaciones sobre las melazas que las colonias adquirían en las Antillas Francesas y de las que obtenían grandes beneficios.
El Parlamento aprobó también una nueva ley que les prohibía emitir monedas y se gratodos los documentos legales y comerciales que se enviaban a las colonias. Las colonias reaccionaron ante estas medidas y nueve de ellas enviaron delegados a un ilegal Congreso reunido en Nueva York, en el que decidieron rechazar los nuevos impuestos decretados por un Parlamento en el que no se sentían representados. Surgieron asociaciones radicales para oponerse a esas Imposiciones sin representacn”, se limitaron las importaciones que venían de Inglaterra y los colonos consiguieron la derogacn de la Stamp Act.
Pero de nuevo el Parlamento de Londres votó en 1767 otros impuestos sobre el té, el vidrio y el plomo. Los disturbios ocasionados por esta nueva decisn terminaron con la matanza de Boston”, donde murieron cinco colonos en un enfrentamiento con los soldados británicos.
Los colonos consiguieron en 1770 que se derogaran los impuestos sobre el vidrio y el plomo sin lograr lo mismo con el que gravaba al té. En 1773 el Parlamento conced a la Compañía de las Indias Occidentales el monopolio de dicho producto, desatando las iras de los colonos que asaltaron los barcos de la Compañía arrojando al mar sus cargamentos.
La metrópoli movilizó al ejército y el Parlamento aprobó cuatro leyes coercitivas, el cierre del puerto de Boston, la abolición de la asamblea de Massachusetts, el traslado de los implicados en los sucesos a Londres y la obligacn de las colonias de abastecer al ejército, que fueron calificadas por los colonos comointolerables.
Por el Acta de Quebec de 1774 el gobierno de Londres anunció la expansión de esta provincia y se prohibía a los colonos establecerse en estos nuevos territorios. Esta prohibición indignó a los colonos, que se empezaban a considerar ciudadanos de segunda clase utilizados por la Corona para sufragar con impuestos los gastos de la guerra, pero a los que no compensaba con los territorios conquistados.
A partir de 1772, personalidades de la vida política entre las que se contaban Jefferson, Patrick Henry, Washington y Adams, compartían informacn y transmitían a través de los Comités de Correspondencia sus inquietudes políticas. Pretendían establecer los derechos de los colonos, negando la autoridad del Parlamento de Londres sobre ellos y planeaban acciones conjuntas dirigidas a unir a los colonos en contra de la represn británica. En 1774, Thomas Jefferson y John Adams sostenían que las cámaras legislativas norteamericanas independientes eran soberanas en Norteamérica; el Parlamento no tenía ninguna autoridad sobre las colonias sólo vinculadas al Imperio británico a través del monarca.
En septiembre de 1774 los colonos convocaron el Primer Congreso Continental de Filadelfia, con la asistencia de delegados procedentes de doce colonias (todas menos Georgia). Después de encendidos debates, el Congreso, que aún no estaba preparado para la independencia, decidió proclamar una Declaracn de Derechos de las Colonias, mantener el boicot a las mercancías inglesas hasta que se reconociera su autonomía legislativa y dar fuerza legal a los Comités de Correspondencia para difundir las ideas independentistas.

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