El golpe de Estado efectuado durante la primera República francesa convirtió a Napoleón Bonaparte en el principal dirigente del nuevo gobierno, el Consulado, logrando la estabilidad política y haciéndose más fuerte de forma muy rápida, hasta llegar a coronarse Emperador de los franceses. El Primer Imperio napoleónico transformó el mapa de Europa y convirtió a Francia en la mayor potencia europea.
Todos los especialistas han coincidido en considerar a Napoleón Bonaparte como el personaje clave que marcó el inicio del siglo XIX y la posterior evolución de la Europa contemporánea.
1. BIOGRAFÍA DE NAPOLEÓN BONAPARTE
Nació en 1769 en Ajaccio (Córcega) en una familia de la burguesía media que llegó a tener trece hijos. Estudió en un colegio militar y continuó su formación en la Escuela Real Militar de París donde obtuvo el grado de subteniente de artillería. Cuatro años después de estallar la Revolución ya era capitán y su actuación en la guerra contra la Primera Coalición le valió el grado de general de brigada a los 24 años.
El 9 de marzo de 1796 se casó con Josefina y dos días después el Directorio le confió el mando del ejército francés en Italia donde consiguió importantes triunfos. Enviado a Egipto para impedir el tráfico comercial de Inglaterra hacia la India, conquistó Alejandría y El Cairo tras la famosa Batalla de las Pirámides. En su rápido avance llegó a tomar la isla de Malta. En verano de 1798 la escuadra francesa fue derrotada por la inglesa al mando del almirante Nelson. Sin embargo, el joven general continuó su marcha conquistadora hasta Siria y amplió la ocupación francesa de Egipto.
Napoleón abandonó Egipto en 1799, alertado por la crisis política y económica que el Directorio no lograba solucionar y prestó su colaboración al grupo de dirigentes que estaban preparando el golpe de Estado que acabó con el gobierno del Directorio, sumando a su ambición militar la pasión por la política y organizando el nuevo sistema de gobierno, el Consulado, que le llevaría a convertirse en el mayor dirigente europeo.
Sus disposiciones legales y sus órdenes eran recogidas por el Bulletin de la Grande Armée y por le Moniteur, convirtiéndolo en el órgano oficial del Estado francés. Napoleón consideraba fundamental la propaganda a su favor e impedía cualquier crítica.
2. EL CONSULADO Y LAS CONSTITUCIONES DE 1799 Y 1802
Napoleón al asumir el poder continuó la actuación del Directorio y fue usurpando a los ciudadanos las libertades establecidas por los anteriores gobiernos. Los principales organizadores del golpe de Estado junto a Bonaparte formaron un gobierno tripartito que les otorgó el título de Cónsules provisionales de la República.
En diciembre de 1799 se redactó una nueva Constitución que nombró Primer Cónsul a Napoleón y legitimó el golpe de Estado de Brumario y reforzó su mandato.
El nuevo dirigente, asesorado por un Consejo de Estado de su creación, se situaba como el auténtico Jefe del Estado Francés por 10 años renovables, dejando a los otros dos cónsules sólo funciones consultivas. El Poder Legislativo, con menos prerrogativas que el del régimen anterior fue repartido en tres Asambleas, Senado, Tribunado y Cuerpo legislativo, que se formarían por sufragio universal masculino, aunque indirecto, únicamente se permitía votar a los que estuvieran en unas listas de confianza. La Constitución, a diferencia de las anteriores, no tenía una Declaración de derechos. La soberanía nacional había quedado recortada.
El Primer Cónsul había logrado la ampliación efectiva de los tres Poderes que quedarían supeditados a su criterio. Se había librado del control de las Cámaras y de la Justicia y para confirmar su mandato y consolidar el régimen se lanzó a reformar la vida política, social, económica, militar y religiosa de la sociedad francesa. Quería institucionalizar el nuevo régimen y pacificar Europa y promulgaba las leyes y nombraba a los ministros, embajadores, obispos, oficiales, así como a los comisarios de los tribunales y a los jueces tras la reestructuración de la Justicia. Para consolidar aún más su jefatura fue promulgada la Constitución del año X en 1802, sancionada por plebiscito popular, que convirtió el régimen republicano en una forma de gobierno monárquico al declarar vitalicios a los cónsules y conceder al primer cónsul, la capacidad de designar sucesor.
2.1 La reforma política y administrativa.
Napoleón había declarado que su intención al gobernar Francia era establecer orden, justicia y verdadera libertad. Desde el principio dirigió la política exterior. En 1800 firmó con España el Segundo Tratado de San Ildefonso obteniendo la Luisiana que en 1803 vendería a Estados Unidos para conseguir su amistad. En el orden político, se encamino a crear un cinturón de Estados vasallos que aseguraban a Francia garantías políticas, económicas y estratégicas. Dictó una constitución en Holanda, estableció una alianza con Suiza y se anexionó en Italia, entre otros Estados, el Piamonte y el Ducado de Parma y con los Estados Pontificios normalizó las relaciones con el concordato de 1801.
A comienzos del siglo XIX la mayoría de los países europeos se encontraban, de una forma u otra, sometidos a Francia. Austria tuvo que firmar la paz con Napoleón y cederle el control del centro de Italia y el norte de la península, así como permitir el afianzamiento francés en la totalidad el curso izquierdo del Rin. En 1801, España había suscrito una alianza con el Estado francés, mientras Portugal, aliado inglés, quedaba sometido a Francia. En 1802, obtuvo de Inglaterra la firma de la Paz de Amiens y Francia recuperó sus colonias y el resto de las conquistas inglesas fueron devueltas a los aliados del Consulado, excepto la Trinidad española y el Ceilán holandés, así como Egipto fue restituido a Turquía y Malta a la orden de San Juan de Jerusalén.
Napoleón emprendió la creación de un ejército nacional, la Grande Armée, compuesto por todos los ciudadanos que tenían la obligación de realizar el servicio militar y que debían luchar por fidelidad a su país y cambió los objetivos del antiguo ejército estableciendo unos principios estratégicos teóricos, el principio de superioridad numérica, el de concentración de fuerzas y el de simultaneidad. De acuerdo con estos principios realizó la maniobra envolvente y la de líneas interiores.
Aumentó la centralización de la administración general de Francia manteniendo la administración territorial diseñada por la Asamblea Nacional Constituyente. Para garantizar un mayor control, creó en cada departamento un Prefecto como delegado de Gobierno y un Subprefecto en los distritos. También se organizó una eficaz policía al mando de un jefe encargado de evitar cualquier oposición en los 98 departamentos. Institucionalizó el gobierno nacional y la administración central y local. Reorganizó el sistema fiscal y la hacienda y creó el Banco de Francia comenzando a emitir el nuevo franco. Además se fundaron las Cámaras de comercio para regular la actividad industrial y comercial.
En cuanto a las mejoras sociales y a la educación hay que destacar que estableció el divorcio, abolió las cargas fiscales, estableció la igualdad civil y regularizó la enseñanza concebida como servicio público. Fueron creados los Liceos estatales de enseñanza secundaria y se reformaron las Universidades. La enseñanza primaria continuó en manos privadas.
3. EL CÓDIGO NAPOLEÓNICO
La elaboración de nuevas leyes civiles, penales y comerciales fue uno de los grandes logros de la obra napoleónica. El 21 de marzo de 1804 fue publicado el Código Civil o código napoleónico, que consolidaba jurídicamente la abolición del Antiguo Régimen sancionando las conquistas revolucionarias de 1789 en materia de derechos civiles. En
1807 apareció el código de comercio. El Código Napoleónico agrupó las reglas propias del comercio marítimo y terrestre en un solo cuerpo legal. A partir de este conjunto de leyes comerciales, el derecho mercantil dejó de ser un derecho subjetivo para convertirse en un derecho objetivo.
Con todas estas leyes quedaban consagradas la libertad económica y personal, la igualdad ante la ley y el carácter sagrado de la propiedad y restaurado el concepto romano de la familia. Se confirmaba el carácter laico del Estado. El código Napoleónico fue impuesto en la mayoría de territorios conquistados. En 1812 el Gran Imperio se regía por el Código napoleónico.
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