martes, 12 de febrero de 2013

La revolución de 1848 y la construcción de las burguesías nacionales: 1


Durante el primer semestre de 1848 una nueva oleada revolucionaria recorrió Europa continental. Francia, Italia, el Imperio Austrohúngaro y la Confederacn Germánica sufrieron una enorme convulsn. Ni a Rusia, ni a la Europa meridional, excepto a Italia, les afectaron en demasía las revueltas por lo atrasado de su sociedad civil, y en el caso de Rusia, por el enérgico y represivo sistema zarista.
Definida por Eric Hobsbawm como la Primavera de los Pueblos, la revolución se caracteripor su brevedad y rapidez, y su mayor logro fue finiquitar el sistema absolutista renacido en el Congreso de Viena de 1815. La revolución de 1848 signifi un nuevo avance del liberalismo y el inicio de la cuestn social y de las corrientes nacionalistas.
Como consecuencia de este movimiento, cayó la monarquía francesa de Luís Felipe, dando paso a la II República, y se inició la disolucn de los grandes imperios austriaco y otomano. De la semilla del nacionalismo nacerán dos grandes estados, con la unificacn de Italia y Alemania.

1. LA REVOLUCIÓN DE 1848

Una serie de factores comunes a gran parte de la sociedad europea fue lo que desencadenó la expansn de un movimiento tan amplio. En primer lugar, la crisis económica del bienio 1846-1847 que afectó sucesivamente a la agricultura, a la industria y al comercio.        Las malas cosechas duplicaron los precios, ocasionando hambrunas y enfermedades. El descenso del poder adquisitivo obligó a cerrar fábricas, con el aumento de la miseria. Por último la falta de capital y el miedo generaron el hundimiento de las bolsas. Los gobiernos, ocupados en adquirir productos sicos en el extranjero a elevados precios, no pudieron acudir en auxilio de las sociedades crediticias, por lo que gran parte de la economía europea de desplomó, suscitando un clima de profundo malestar.
Para algunos historiadores, no sólo se trató de una crisis económica, ya que las revueltas hubiesen estallado en 1847, sino que a ella se unió la inquietud social tanto de obreros, que habían comenzado a organizarse en pequeños grupos que serian los embriones de los futuros sindicatos, como de intelectuales, de tendencia socialista, comunista o anarquista que empezaron a publicar sus reflexiones sobre desigualdades.

1.1.     Francia: la revolución de febrero de 1848.

Como ya sucediera en 1830, de nuevo el proceso se inició en Paris. La madurez civil y cultural la había convertido en una sociedad más intolerante con las oligarquías y con la monarquía liberal de Luis Felipe de Orleans.
Luís Felipe había basado su política en satisfacer los intereses de la burguesía pero con medidas como la libertad de enseñanza, que defraudaba a los católicos y a la vez, el cierre de fábricas provocado por la crisis económica que aumentó el desempleo y el hambre, con las protestas de los obreros. El malestar generó un amplio frente de oposicn que iba desde los liberales progresistas a los demócratas, desde los bonapartistas a los socialistas.
El detonante se produjo el 22 de febrero de 1848, cuando el primer ministro Guizot prohibía un banquete republicano en un restaurante de los Campos Eseos. Se iniciaron manifestaciones con enfrentamientos callejeros y cuando el Gobierno intento movilizar a la policía y las fuerzas armadas, estas se negaron a actuar, provocando la dimisión de Guizot. Al día siguiente continuaron los disturbios y Paris se llenó de barricadas, abdicando Luis Felipe.
El 24 de febrero, un Gobierno Provisional proclamaba la II República. Su programa político se basaba en el sufragio universal masculino, la abolicn de la esclavitud en las colonias, la libertad de reunn y de prensa y la supresn de la pena de muerte. En los aspectos sociales, las propuestas abogaban por el derecho al trabajo, la libertad de huelga, la jornada laboral de 10 horas y la creacn de talleres nacionales para acoger a los desempleados.

2. LA SEGUNDA REPÚBLICA FRANCESA

La actividad potica se desató. Proliferaron periódicos y clubs dispuestos a difundir los nuevos ideales republicanos. Para éstos, su objetivo máximo era el sufragio universal, la concesn del derecho de voto a todos los ciudadanos varones sin restricciones económicas ni sociales.
El creciente temor de la alta burguesía, ante las exigencias democráticas de los pequeños propietarios, impul una masiva retirada de depósitos bancarios. A continuacn, una amplia crisis económica provocó el desplome de la Bolsa. En abril de 1848, se celebraron las primeras elecciones por sufragio universal masculino, que llevaron a la Asamblea a una mayoría de liberales moderados, fracasando las opciones tanto de derechas como de izquierdas.
Descontentos con la marcha de los acontecimientos, tras cerrarse los talleres nacionales, los obreros de nuevo se revelaron en julio, siendo cruentamente reprimidos. Tras los disturbios, la burguesía impuso su orden conservador y elaboró una Constitucn favorable a sus intereses con sufragio limitado, y con amplios poderes para el presidente de la República. Se designó como presidente al candidato más conservador: Luís Napoleón       Bonaparte, sobrino del que fuera emperador. Las clases dominantes tradicionales habían manipulado a la opinn pública para conseguir un giro hacia posiciones conservadoras.
A lo largo de los tres años siguientes, la sociedad francesa se debatió en frecuentes tensiones y las fuertes discrepancias entre los distintos grupos y el Presidente desembocaron en el golpe de Estado de Luís Napoleón el 2 de diciembre de 1851, que acabó con la república y proclamándose un año después el Segundo Imperio. En apenas cuatro años, tras una revolucn que había derrocado una monarquía liberal, se pasó de una república social a una monarquía autoritaria.

3.LA REVOLUCIÓN EN EL RESTO DE EUROPA.

En Austria, aprovechando las revueltas de París, se desencadenaron disturbios en Viena. El 13 de marzo de 1848, estudiantes y obreros exigieron al emperador Fernando I una Constitucn y la dimisn de Metternich, quien huyó a Londres. El emperador prometió la creacn de un gobierno liberal, la organizacn de una Guardia Nacional y la libertad de prensa. Un día después estallaba la revolucn en Hungría, que desembo en una guerra civil por la que los magiares alcanzaron un gobierno autónomo y la gestn de sus propios impuestos.
En la Confederacn Germánica, los grupos liberales de Baden, además de exigir al rey de Prusia libertad de prensa y juicio por jurado, reclamaban la creación de un parlamento alemán, elegido por sufragio universal, extremo que añadía un elemento nacionalista a sus reivindicaciones. Sin utilizar la violencia, la revolución se extendió, consiguiendo que se convocara por sufragio universal masculino una Asamblea Constituyente en Frankfurt. Pero las discrepancias de los grupos políticos acabaron con la revolucn: ni se alcan la unificacn pretendida por los nacionalistas ni un modelo político constitucional. Además, los intentos de ayudar a la revolución de Viena obligaron a Federico Guillermo de Prusia a reprimir el movimiento.
En Italia, se exaltaron los ánimos de los independentistas y nacionalistas que intentaron expulsar a los austriacos. En marzo de 1848 estallaron en Venecia y Milán varios levantamientos a los que se unieron los piamonteses dirigidos por Carlos Alberto de Saboya que decla la guerra. Un año después, la revolucn era sojuzgada por las tropas imperiales.
A mediados de 1849 los diferentes movimientos revolucionarios parecían estar sofocados. Logrupos de poder tradicionales   habían conseguido frenar los movimientos nacionalistas y sociales.
Frente  a la unidad inicial, una vez alcanzadas ciertas reivindicaciones, los revolucionarios se mostraron más preocupados por mantener la ley y el orden que en proseguir con el proceso. Aún así, el sufragio universal se estableció en Francia y la mayor parte de Europa fue evolucionando hacia sistemas más democráticos y parlamentarios.

4. EL SUFRAGIO UNIVERSAL Y LA DEMOCRACIA.

Durante el primer decenio del siglo XIX, el sufragio universal masculino fue defendido por los grupos demócratas, los moderados y liberales se mostraban favorables al sufragio restringido. Tras la revolución de 1848, muchos demócratas comprobaron como la reforma volvía a entregar el poder a los grandes propietarios y al clero, que eran quienes influían sobre las clases bajas. A la vista de los hechos, algunos conservadores apoyaron el cambio al observar que se trataba de un instrumento de estabilización política y social. A finales del XIX y principios del XX el sufragio universal masculino se impuso en la mayoría de los países dotados de instituciones representativas. El sufragio universal pleno debió esperar. El primer país en adoptarlo fue Nueva Zelanda en 1893, seguido por la Rusia revolucionaria en 1917. En España se alcanzará en 1931.
Al acudir millones de electores a las urnas, los grupos de poder tradicionales perdieron su influencia sobre los elegidos. Se organizaron partidos políticos dotados de burocracia propia. A partir de entonces, los partidos controlaran a los miembros de los parlamentos y el jefe del partido obtendrá un gran poder.
El sistema de partidos políticos fue capaz de conciliar el sufragio universal con el mantenimiento de una sociedad desigual, consiguiendo domesticar a la democracia. Los partidos limaron las aristas de los conflictos de clase, protegieron la propiedad y el sistema de mercado, afianzaron ciertos derechos civiles y recortaron algunas diferencias de clase.

4.1. El marxismo: de El manifiesto comunista a El capital.

De la confluencia de las ideas socialistas con el movimiento obrero nació el socialismo científico, elaborado por Karl Marx (1818-1883) y Friedrich Engels (1820- 1895). Se inspi en la filosofía alemana, la economía potica inglesa y el socialismo utópico. En 1848 Marx junto a Engels, publicó El manifiesto comunista. En susginas, se exponía un análisis crítico sobre la sociedad del momento y se desarrollaban los principios económicos del capitalismo y las consecuencias sociales de su implantación.
Marx, al fracasar la revolucn, huyó a París, desde donde se trasladó a Londres para redactar El capital.
Sus tesis defendían que en el modo de producción capitalista coexistían dos clases sociales antanicas: una clase dominante y minoritaria, propietaria de los medios de produccn, la burguesía y otra mayoritaria pero dominada, el proletariado, obligada a trabajar y a percibir una retribucn inferior a lo que aportaba por su trabajo. La diferencia entre lo contribuido y lo percibido por el trabajo es la plusvalía que queda en manos de la burguesía. Esta explotacn había provocado la lucha de clases que era el verdadero motor de la historia. El proletariado era la clase nacida de la industrializacn y a acabaría con el capitalismo. Para emancipar a la sociedad de la opresn, el proletariado emprendería una revolucn que impondría su dictadura, con el fin de crear una nueva sociedad, la sociedad comunista. Sin propiedad privada ni clases sociales se acabaría definitivamente con la explotación humana.
Entre los seguidores del marxismo pronto surgieron dos tendencias, los ortodoxos, que mantenían la nea ideológica trazada por Marx, y los revisionistas, que pretendían alcanzar el socialismo mediante las reformas propuestas por los representantes obreros en los parlamentos. El revisionismo se impuso y los partidos marxistas se fueron adaptando a los parlamentos de sus respectivos países. Sus representantes trabajaron para obtener mejoras legislativas y el internacionalismo del movimiento paso a un segundo plano.

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