La
primera etapa de la historia de Roma, es la época de los Reyes, con una
cronología aproximada que transcurre entre mitad del siglo VIII a.C. hasta el
509 a.C., fecha de la instauración de la República.
Roma se
funda en la orilla izquierda del Tíber, en concreto en el monte Palatino surge
un conjunto de aldeas que concentrará bajo su poder el resto de las poblaciones
de las colinas circundantes, que estaban habitadas, ya que en el valle había
aguas estancadas. Se sitúa en la llanura del Lacio con una gran fertilidad en
los campos, atravesado por la ruta de la sal, y cerca de las grandes salinas
del Tiber.
La
ciudad de Roma, surge en un contexto de auge etrusco por el norte, por el sur,
las colonias griegas, y por el oeste, en Sicilia, los púnicos. Este contexto
marcará la evolución de esta ciudad y le trasmitirá gran cantidad de
influencias, una de las grandes influencias griegas, por ejemplo, es en el
ámbito de la religión, donde adoptan dioses griegos (el primer dios en entrar
en el panteón romano fue Apolo) y ritos. También, por este contexto, los
comienzos de Roma pasan desapercibidos.
Los
etruscos adquieren en esta época un gran desarrollo, sobre todo en agricultura
(por la gran fertilidad de los campos), plano artístico y urbano. También
tienen gran cantidad de hierro, en concreto en la Isla de Elba, lo que favorece
su desarrollo. Desarrollará enfrentamientos con los púnicos por el control del
Mediterráneo.
El
desarrollo urbano de la ciudad de Roma, se debe a los etruscos, que en el siglo
VII a.C. tienen un gran avance por la zona centro – sur de Italia,
conquistando, aparte de Roma, ciudades importantes como: Tarquinia, Vulci,
Caere, etc. En Italia hay una gran diversidad de pueblos y no será unificada
hasta el siglo III a.C. por Roma.
Según
la leyenda y la tradición la fundación de Roma, viene enlazada con la historia
de Grecia, en concreto con la Guerra de
Troya. Según esta tradición, un grupo de troyanos pudo escapar de Troya,
capturada por los griegos, bajo la
dirección de Eneas. Tras un largo viaje por mar (narrado en la Eneida de Virgilio) llegaron a las
costas del Lacio, donde su jefe se casó con la hija del rey aborigen, Latinus,
al que sucedió. Fundó una nueva ciudad que fue Lavinium, pero su hijo Ascanio
partió a fundar Alba Longa, en la que reinaron, después de él, doce reyes. El
último de los reyes, Numitor, fue destronado por su hermano Amulio, quien hizo
de su sobrina, e hija del rey legítimo, Rhea Silva una vestal, con voto de
castidad durante los treinta años que duraba su cargo. Pero tras encuentros
sexuales con el dios Marte trajo al mundo a dos gemelos: Rómulo y Remo. Estos
fueron abandonados en el río Tíber por su madre, por miedo a su tío, y salvados
por una loba. Fueron adoptados por una familia de pastores, crecieron y
repusieron en el trono de Alba Longa a su abuelo Numitor. Una vez devuelto al
trono a su abuelo, quisieron fundar una nueva ciudad, los augurios basados en
el vuelo de las aves designaron a Rómulo como fundador, y éste procedió a la
fundación de la nueva villa. Tras una serie de disputas mató a su hermano Remo.
Rómulo
creó un senado, dividió a la población en treinta curias, le dio leyes y,
después, desapareció misteriosamente durante una tormenta.
La
época monárquica de Roma se podría dividir en dos grupos: Reyes pre-urbanos,
que son reyes latinos – sabinos, y los reyes etruscos, con un desarrollo
extraordinario de lo urbano.
Según
la tradición, a Rómulo le sucedió el sabino Numa, piadoso y pacífico, que fue
quien reorganizó la religión romana y creó los sacerdocios, incluido los
sacerdocios femeninos, las vestales. A Numa, le sucede el terrible Tulo
Hostilo, que destruyó Alba Longa, y es en este periodo cuando se produce el
enfrentamiento entre los Horacios y los Curiacios. Su sucesor, Anco Marcio,
fundó el puerto de Ostia, y tras su muerte, le sucede Tarquinio, rey etrusco,
que amplió el Senado y desempantano el Foro. A continuación, vino Servio Tulio,
que dotó a Roma de amurallamiento, modificó la organización social y dio origen
a un incipiente ejército cívico. A éste, le sucede su yerno Tarquinio el
Soberbio, que destrona a Servio Tulio; terminará la desecación de las aguas
empantanadas y creará la cloaca máxima.
Llevará casi a término la construcción del Capitolio. Este rey fue expulsado en
el 509 a.C. y comenzará un nuevo periodo conocido como la República.
Pero
esto es según la tradición, la verdad es que para que Roma creciera como ciudad
y se pudieran realizar todas las grandes obras como la desecación de las aguas
empantanadas, las murallas o el Capitolio, era necesario una gran cantidad de
mano de obra, que se encontraría fuera de la sociedad gentilicia,
independientemente de que fueran adinerados o no. Para modificar esto, y acabar
con este tipo de sociedad gentilicia, Servio Tulio aglutinó a estas nuevas
gentes en un nuevo tipo de sociedad basado en un criterio económico; pero esta
política contra la sociedad gentilicia no fue única de Servio Tulio, sino que
fue una constante en la vida política de los reyes etruscos, y la división
creada por Servio Tulio estuvo presente hasta el inicio de la República.
En la
organización política de la ciudad de Roma, a la cabeza estaba el rey, soberano
absoluto (por datos de la leyenda, pero también por datos científicamente
extraídos a través de la arqueología). Mientras que en los reyes pre-urbanos
podemos hablar de una sucesión pacífica, aunque esto no lleve consigo el que
sean de una misma dinastía, ya que hay también reyes extranjeros, en los reyes
etruscos las sucesiones son violentas, y en una gran mayoría de casos se
observan usurpaciones del trono regio. Las funciones regias son diversas, como
monarca absoluto que es: tiene tanto funciones religiosas, como militares,
legislativas y políticas. De las que más muestras y conocimiento se tiene es de
la función religiosa (rex sacrorum),
esta función también está relacionada con la elaboración y presentación de los
calendarios (basados en el periodo lunar) en los cuales se anunciaban las
asambleas, los juicios, los mercados, etc. Los primeros sacrificios de cada mes
eran realizados por el rey. Esta función perdurará en la época republicana, y
de ella se encargará el rex sacrorum.
El rey
Numa (legendario) fue el que, según la tradición, reorganizó la religión
romana, con influencias tanto etruscas como griegas, y creó los sacerdocios,
incluidos los sacerdocios femeninos (las vestales), y también se le otorga la
elaboración del primer calendario: el
Calendario Numanico.
Otra
muestra de las funciones religiosas de los reyes de Roma, se aprecia gracias al
descubrimiento del “zipo del foro” o “Lapis
liger” de época etrusca con
inscripciones en latín (lo que muestra que estos reyes o, al menos, los
aristócratas, eran bilingües). En dicho objeto se ve una inscripción que
menciona que no debe haber malo augurios que impidan las funciones religiosas
del rey.
Las
leyes regias se dan tanto por derecho consuetudinario como por escritas (como
se observa en la “piedra negra”) lo
que demuestra el poder legislador del rey. También aparece la figura del rey
como rey justo que interviene en conflictos internos de las gens (como se muestra en la leyenda del
asesinato de la hermana de Horacio por parte de su propio hermano, Horacio, al
considerarla traidora por prometerse a su
primo Curiacio. Este asesinato fue aceptado por su propio padre, pero el rey
interviene para “limpiar” esa mancha de sangre, haciendo purificar el lugar del
asesinato.).
Los
reyes van adquiriendo poderes y funciones que irán minando el poder de las
grandes gens. El rey sustentará su
poder en el Senado, que en esta etapa no es más que un órgano consultivo que
asesoraba al rey, y se discutían asuntos de culto, y convocará los primeros
comicios curiados, es decir; una asamblea de todas las curias.
El Senado aparece por primera vez en Roma
en la monarquía y se le atribuye la creación a Rómulo. Es el cuerpo asesor más
antiguo de Roma. Está formado por los pater
familias de las gens más
importantes. Según la leyenda, cuando Rómulo formó el Senado, estaba compuesto
por cien de estos pater familias, y
en la época de la monarquía etrusca, ascenderá el número a trescientos. Para
formar parte de este Senado, aparte de ser un pater, había un criterio de edad, por lo que no todos los pater familias pertenecían al Senado;
junto con este criterio de edad, había otro criterio económico lo que limitaba
todavía más la entrada en el Senado. Este círculo cerrado, se limitaba en mayor
medida por las alianzas matrimoniales.
Los
hijos de los pater familias que
formaban el Senado se denominaban patricios
y eran los que rellenaban las plazas vacantes en el Senado. De estos patricios descenderá el futuro patriciado
romano.
Los Comicios Curiados es la primera
asamblea popular romana. Según la tradición, Rómulo creó tres tribus[1] de
carácter étnico y treinta curias. Diez curias por tribu. El término curia
significa reunión de varones, pero también hace referencia al lugar de reunión
de las mismas. Se decide organizar a la población en curias para ir rompiendo
con la sociedad gentilicia (un nuevo paso de los reyes para pasar a un nuevo
modelo de sociedad). Estas curias tenían dos funciones: función o carácter
militar y función política, ya que todos los varones que formaban las treinta
curias se unirán en los comicios curiados. Es una nueva redistribución de la
población. Gracias a estos comicios, y en general, a las curias, aparece un
incipiente ejército cívico, lo que podría interpretarse como un intento de
abolición de los ejércitos gentilicios.
La
esencia de estas curias perdurará hasta la época imperial. Los comicios
curiados eran presididos por el rey. Son el primer paso para la creación de una
ciudad donde el pueblo participe en la vida política.
En
conjunto, el pueblo romano aparece dividido en grandes familias (gens o gentes en plural) y en otras más pequeñas (familiae). Resulta difícil decir si las segundas son el resultado
de la dislocación de las primeras o si las primeras proceden de la agrupación
de las segundas.
Las familiae es un grupo restringido, como
la familia en el sentido actual, en cambio las gentes reúne a los descendientes de un antepasado epónimo común, y
se divide en numerosas ramas.
Fuera
de las gentes, se desarrolla a lo
largo del siglo VI a.C. un grupo de individuos denominados “la plebe” (plebs). Se trata de individuos recién
llegados, artesanos, comerciantes, etc. atraídos, principalmente, por la
prosperidad de Roma, y del desarrollo urbano de la ciudad.
Monarquía Etrusca.
Son los
últimos tres reyes de la época de la monarquía: Tarquinio “el Antiguo”, Servio Tulio – que es de origen latino – y Tarquinio “el Soberbio”.
Son de
estos tres últimos reyes de los que más testimonios verídicos se han
encontrado, y de los cuales se sabe a ciencia cierta su existencia. Se han
encontrado datos sólidos y documentos de otras civilizaciones que nos hablan de
su existencia.
Se
diferencian de los reyes latinos – sabinos en que intentan acabar con la
sociedad gentilicia y en el modo de sucesión, que será de manera violenta
usurpando el trono al anterior.
Esta monarquía
etrusca aporta huellas materiales que serán importantísimas para el desarrollo
de la ciudad – tanto en el plano urbano, con calles y cloacas, como en el
planto artístico – y serán de gran importancia las reformas institucionales y
políticas que conseguirán trasformas la ciudad de Roma a una ciudad – estado,
semejando a una polis griega.
Los
etruscos serán quienes lleven la escritura a Roma, y también la lectura.
Gracias al desarrollo urbano y artístico emigraran a Roma muchos artesanos
etruscos, que se verán excluidos de la sociedad por no pertenecer a ninguna gens. Los etruscos serán quienes
pavimenten el Foro, creando así el centro político de la ciudad de Roma y para
ello será necesaria la creación de la cloaca
máxima. Se realizará el trazado de las calles, basándose en las ciudades
etruscas, introducirán edificios, y cambiarán las antiguas cabañas y chozas por
verdaderos edificios de piedra con tejados de teja.
Llenarán
Roma de templos, el más importante es el Capitolio, para adorar a las divinidades
más importantes de la religión romana, la “Triada
Capitolina” – Júpiter Óptimo Máximo,
Juno y Minerva –. Esta obra es adjudicada a Tarquinio “El Soberbio”, y según la leyenda se termina de construir en el año
509 a.C. – fecha de instauración de la República –, otro ejemplo de estos
templos, es el Templo de Diana, en el
monte Aventino, atribuido a Servio Tulio.
Por
otro lado, los reyes etruscos trasmitirán muchos objetos simbólicos de poder a
la tradición romana, sobre todo, a la tradición republicana; como puede ser el
cetro, la silla de marfil, etc.
Con
estos reyes se inicia el proceso de transformación hacia el Estado. El gran rey
de esta época fue Servio Tulio, cuyo nombre en etrusco es Mastarna.
Servio
Tulio (s. VI a.C.) es el rey que realiza las reformas timocráticas más
importantes de Roma. Estas reformas están recogidas en la llamada Constitución Serviana.
Servio
Tulio crea una redistribución de la población basándose en un carácter
territorial (≠ Tribus étnicas), creando 4 tribus territoriales, en las cuales
se incluye a toda esa parte de la población que se habían quedado excluidos por
no pertenecer a ninguna gens. Creará
un ejército hoplita, al estilo ateniense, es decir; con aquella parte de
la población capaz de costearse su propio equipo militar. Creará un sistema
censitario, y para ello crea un censo de bienes e impuestos, que distribuye a
la población dependiendo de su poder económico. Se crean cinco clases
distintas, que van desde los 100.000 ases hasta los 11.000 ases (esto es un
anacronismo, ya que en la época no había moneda. Posiblemente se hiciera por
cabezas de ganado). Cada clase aporta un número de centurias (cien hombres) al
ejército. La primera clase, la más rica, aparte de mandar sus centurias
(ochenta y tres en concreto) manda la parte más costosa del ejército, la
caballería (dieciocho).
Aquellos
que no llegan a la renta mínima para entrar en este sistema timocrático se
quedarían fuera de la vida política y de la participación en el ejército. Son
los llamados infraclase.
Cada
clase forma una nueva asamblea, que serán los llamados comicios curiados, es decir; Servio Tulio establece a través de
esta nueva asamblea, la participación de la población en la política de la
ciudad.
Servio
Tulio sería en Roma y para Roma lo que Solón fue para Atenas.
[1] hay que diferenciar estas tribus de Rómulo con las tribus de
Servio Tulio; estas tribus tienen carácter étnico, mientras que las tribus de
Servio Tulio tienen carácter territorial.
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