lunes, 24 de junio de 2013

La caída de la Monarquía Romana (509) y el comienzo de la República

El momento de la caída de la monarquía está lleno de mitos y leyendas, por ejemplo la leyenda de Lucrecia. Lucrecia es violada por el hijo de Tarquinio el Soberbio, Tarquinio Sexto. Lucrecia manda a un emisario para que avise a su padre y su marido así como a sus amigos para contarles lo sucedido. Tras contárselo, Lucrecia se suicida. Los familiares se alían para expulsar a los tarquinos. 
Al sistema monárquico le sustituye por la república. Es cuando aparecen los primeros cónsules y cuando (según la tradición) se consagra el templo capitolino. 
Históricamente, la caída da la monarquía tiene que ver con problemas exteriores e interiores. Las ciudades etruscas intentan controlar la zona de Campania. La caída de la monarquía tiene que ver con un rey etrusco (Porsenna, rey de Clussium), que para alcanzar la Campania tiene que atravesar el Lacio y expulsa a los Tarquinios.
Tras la expulsión de los reyes empezaría a gestarse la república (seguramente en el 505-504).
En los primeros momentos de la creación de la república va a tener muchos enemigos en el exterior. En los aspectos interiores vamos a ver las luchas entre patricios y plebeyos.
A partir de la constitución timocrática, los plebeyos, que participan en el ejército, no tienen accesos a las altas magistraturas, ni derechos para votar y ni siquiera está permitido el matrimonio entre patricios y plebeyos. Son los patricios son los que controlan los auspicia y los colegios sacerdotales.
También tienen discriminación económica: los patricios acaparan las tierras que van conquistando. Por lo que los plebeyos estaban en una clara situación de inferioridad y no va a sacar ninguna ventaja del nuevo sistema creada. 
En el 494 se da la primera secesión de la plebe. Esta lucha de patricios y plebeyos va a durar desde ese momento hasta el 287.

La República primitiva (509-390)

Los comienzos de la república se caracterizan con la lucha entre patricios y plebeyos y los problemas exteriores con los sabinos, ecuos, latinos, etc.
Roma va a llegar a formar parte de la liga latina. Esto le va a permitir a hacer frente al resto de pueblos situados en el Lacio.
Otra guerra importante de Roma será contra Veyes, que está a pocos kilómetros, por las salinas.
En los primeros años del siglo IV a.C., Roma es atacada por los galos por la zona norte. Ante el temor de ser destruida, Roma les combate cerca de la ciudad, pero son derrotados y los galos destruyeron gran parte de Roma y la ciudad fue saqueada el de julio de 390.
Roma tiene enfrentamientos con los latinos y a finales del siglo IV acaba con la liga latina y se hace con el control del Lacio.
En el interior de roma, los plebeyos se levantan contra los patricios ya que ellos participan en el ejército, pero no participan en las magistraturas, no tienen un reparto igualitario de las tierras respecto a los patricios (los hijos de los patres familias, etc.
La primera secesión de la plebe se produce  en el monte Aventino donde estaba otro templo con lo que podríamos llamar como la “triada plebeya” (Ceres, Liber y Libera).
Ante la presión plebeya, los patricios ceden a algunas peticiones y se crean los tribunos de la plebe, que al principio son 2 y luego serán 10. Fueron creados para defender a los plebeyos. Son sacrosantos (su persona era inviolable, nadie podía atentar contra ellos). Se le asignan las funciones del auxilio (son los que se encargarán de la defensa de la plebe) y el derecho a veto (intercesio) no solo a sus colegas, sino a todos los magistrados. El poder de los tribunos se llama tribunitia potesta.
Los ediles son los magistrados plebeyos que se encargan del templo (en los inicios de la República).
Los plebeyos querían unas leyes escritas y para todos. Hasta ahora los patricios tenían sus leyes consuetudinarias. Los tribunos conseguirán que se escriban las leyes.
Los plebeyos consiguen tener sus propios magistrados, los Tribunos de la Plebe, que adquieren con el paso del tiempo una gran importancia y serán uno de los elementos activos más importantes.
Hacia el 471 se crea la asamblea plebeya, el Concilio de la Plebe, que no era unos comicios, ya que las decisiones allí tomadas solo afectaban a los plebeyos.
El inicio del fin del conflicto patricio – plebeyo ocurre en el año 287 a.C. con la Ley Ortensia, efectuada por el tribuno de la plebe Ortensio. Esta ley establece los comicios por tribus, y con estos quedará finalizado el proceso de creación de las instituciones romanas.
El enfrentamiento transcurre en el intervalo temporal que va desde el siglo V a.C. hasta el siglo III a.C. y tiene varios momentos. El primer momento, explicado anteriormente, es la Secesión del Aventino. El segundo momento de gran importancia ocurre con la publicación de las leyes de las XII tablas. Estas leyes son unas leyes escritas – principal reclamación de los plebeyos sublevados en el Aventino para poder luchar contra el poder patricida y poder conocer las leyes, que hasta ese momento se trasmitían de manera oral de padre a hijo entre patricios -. Fue uno de los conflictos más importantes, y no se consiguen estas leyes hasta una década después a su petición, en el 450 a.C., cuando habían sido reclamadas en el 462 a.C. Se eligieron una comisión de diez miembros, los Decenviros, de origen patricio, encargados de la elaboración por escrito de las leyes de transmisión oral. En este periodo se suspenden todas las magistraturas y adquieren un poder consular. En el 449 a.C. se elige a otra comisión con representación plebeya.  Esta comisión actúa de manera tiránica y serán derrocados para volver a instaurar la república con dos cónsules. Estas leyes estaban expuestas en el Foro.
La finalidad de estas leyes era establecer la igualdad de derecho entre todos los ciudadanos, aunque no se consigue porque estas leyes todavía recogen la prohibición de matrimonio mixto entre plebeyos y patricios. No será hasta unos años después, en el 445 a.C., que se derroque esta ley, por iniciativa de Canuleio, tribuno de la plebe.
Tras esta conquista por parte de los plebeyos, ahora la lucha pasa a una fase más política, la lucha por el ascenso de la plebe al consulado. Los patricios lucharán con todos sus miembros contra esta idea e irán restando funciones a los cónsules para ir creando nuevas magistraturas puramente patricias, como los Tribunos Militares, quitarán el poder administrativo de las ciudades al cónsul y crearán la figura del Pretor Maximo, y también aparece la figura del Censor, en el 443 a.C.
Los poderes del censor se irán configurando a lo largo de la lucha y llegará a tener una importancia elevada dentro de las magistraturas.
En el 367 a.C. se aprueban las leyes Litinias Sestia con relación a las deudas, el acceso por parte de los plebeyos al consulado y al problema de la tierra (≈ Solón en Atenas).
Suprimía la esclavitud por deuda, al igual que hizo Solón en Atenas. Intenta resolver el problema agrario provocado por la invasión gala con la destrucción de campos y la conquista de nuevos campos que irán a manos de los patricios, lo que provoca un aumento del endeudamiento del campesinado, para ello se impide la ocupación de más de 500 yeguadas (más o menos unas 125 hectáreas), esto favorece a los plebeyos más pobres y permite acceder a las tierras que quedan para poder subsistir y salir de la infraclase, y poder así tener derechos políticos y poder participar en el ejército.
Respecto a la igualdad política de patriciados y plebeyos, permite el acceso por igual de estas dos clases al consulado y al resto de magistraturas.
A los censores se les otorga la capacidad de realizar la lista de posibles senadores en el 312 a.C. El primer cónsul con esta autoridad, y de gran relevancia, fue Apio Claudio. Apio Claudio fue previamente edil curul por dos veces, y fue elegido censor sin ser previamente cónsul. Apoyó a las clases bajas y a los comerciantes, llegando a permitir a los hijos de los libertos para la lista del senado. Realizó la Via Appia, carretera que unía Roma con Capua, y el acueducto de Aqua Appia. Fue elegido cónsul en el 307 a.C. y sería reelegido cónsul por segunda vez en el 296 a.C. Ocupó tres veces el cargo de interrex. También ocupó la magistratura del pretor, y fue dictador en el 287 a.C. Apio Claudio también modificó la composición de las Asambleas populares, es decir; las Asambleas por Tribus, que estaban compuestas por 27 tribus rústicas y 4 tribus urbanas. La modificación de A. Claudio es que las gentes de las tribus urbanas podían elegir a que tribu pertenecer.
En el siglo IV se produce la igualdad política de plebeyos y patricios a través de las leyes de Licinias Sestia (367 a.C.). 
En el 300 a.C. se da la ley Ogulnia esta ley prácticamente termina el acceso a las magistraturas que más se le resistía a los plebeyos: los colegios sacerdotales y senadores. En esta época la leyenda fundacional de Rómulo y Remo está completamente instaurada en la cultura romana e incluso aparece en una moneda la Loba Capitolina amamantando a los dos niños.
Valerio aprueba la ley Valeria (siglo III a.C.), importantísima para el populo romano, todos los ciudadanos van a tener una defensa, ley de apelación al pueblo. Esto significa que todos los ciudadanos tienen derecho a apelar al pueblo – apelar a los comicios centuriados – cuando este condenado a muerte, a azote o a altas multas. Este derecho pone de relieve la importancia de los comicios centuriados.
Tras el enfrentamiento con la Liga Latina, y su disolución en el 338 a.C. Roma controla el centro de la península, pero no hay estabilidad, y tiene un gran frente con las tribus Samnitas, unidas en una confederación en un territorio inaccesible. Hay tres guerras Samnitas:
-          Primera Guerra Samnita (343 – 341 a.C.): Roma firmó en el 354 a.C. un tratado con la confederación samnita para hacer frente a la Liga Latina, pero el interés mutuo por las tierras de Campania enfrento a los dos aliados antes de que estallara la guerra entre Roma y los latinos. El casus belli lo ofreció la ciudad de Capua, que amenazada por los Samnitas pide ayuda a Roma. Las hostilidades cesaron, tras tres años, con un acuerdo de compromiso.
-          Segunda Guerra Samnita (326 – 304 a.C.): La disolución de la liga latina y la idea romana de expansión por Campania reabrieron la cuestión Samnita. El casus belli lo ofreció esta vez Nápoles, el último refugio de la cultura griega en Campania. La ciudad estaba dividida en dos partidos en su interior, unos apelaron a la ayuda Samnita y los otros a la ayuda de Roma. Los Samnitas lograron introducir una guarnición de Nápoles, pero el Senado romano  envió dos legiones que expulsaron a los Samnitas e impusieron una alianza entre las dos ciudades. Los Samnitas declararon la guerra a Roma. Esta guerra, al igual que será la tercera, es un periodo incesante de conflictos armados, con cortas pausas, que involucran también a los restantes pueblos de Italia. Su consecuencia final será la hegemonía de Roma sobre el conjunto de Italia. En el 304 a.C. los Samnitas pidieron la paz.
-          Tercera Guerra Samnita (298 – 290 a.C.): Los romanos aprovecharon la paz para fortalecer sus fronteras, con acciones de guerra y acuerdos diplomáticos. Se firmaron tratados con las tribus sabelinas. En el 299 a.C., por un tratado con los lucanos por parte de Roma, se reabrieron las hostilidades por parte del Samnio. Esta tercera guerra tuvo un carácter de auténtica confrontación italiana. Los Samnitas trazaron un ambicioso plan que pretendía unir a todas las fuerzas de Italia contra Roma, y lograron conjurar  a los etruscos, umbros y galos. Las legiones romanas presentaron batalla en pleno territorio galo, en los alrededores de Sentinum (295 a.C.). La victoria romana deshizo la coalición anti-romana. Los romanos aprovecharon la victoria en la batalla de Sentinum para crear, en territorio galo, las colonias de Sena Gallica y Ariminium (Rímini) y completaron el sometimiento de las ciudades etruscas. Por su parte, los samnitas, replegados en sus territorios, continuaron con las hostilidades a ultranza hasta que en el 290 a.C. se vieron obligados a firmar la paz.
Tras la conquista del centro con el final de la guerra Samnitas, lo que le queda a Roma es la Magna Grecia, el Sur de Italia. En Italia todavía existen pueblos en el sur que Roma no ha conquistado. Con las ciudades griegas no tenía ningún problema.
Una de las causas fundamentales de la conquista de la Magna Grecia es el propio enfrentamiento entre las poleis. Una de las polis pide ayuda a Roma ante la invasión de pueblos. Tarento, que ejercía ese poder protector sobre el resto de las poleis, no está de acuerdo de que Roma interceda en asuntos griegos y este es el motivo del enfrentamiento con Tarento. Tarento pide ayuda a Pirro, rey del Epiro, éste acepta. Según Plutarco era uno de los mejores estrategas de la época. Llega con un ejército equipado con todos los adelantos de las equipaciones helenísticas. Desemboca en Tarento. Pirro llegará a acuerdos con pueblos que están en desacuerdo con la expansión de Roma. Roma, tiene de su lado a Cartago, enemiga de los griegos. La idea de Pirro, siguiendo la mentalidad de los reyes helenísticos, era crear una gran Grecia, conquistando Italia y llegando a Cartago. Llega hasta el Lacio, pero a pesar de las victorias que tiene contra los romanos, son victorias “pírricas” que no compensan las pérdidas humanas y materiales. Pirro hace alianzas con las ciudades que quieren sublevarse contra Roma, pero Roma lleva a cabo una política diplomática importantísima dando la vuelta a la situación y consiguiendo que hasta las ciudades griegas se pongan de lado de Roma. Pirro viendo esta situación, se va a Sicilia, acudiendo a la petición de ayuda de los griegos contra los cartaginenses, pero tendrá el mismo resultado, y las ciudades griegas de Sicilia se ponen en contra de su presencia, y tras 3 años, regresa a Roma, pero no cumple sus expectativas y abandona Italia y regresa al Epiro. En Tarento deja a un hijo, mientras las tropas romanas asedian la ciudad y conquistan la ciudad, en el 272, terminando, así, la conquista de Italia.
Las consecuencias del conflicto interior y de la conquista de Italia
Roma se convierte en potencia mediterránea como consecuencia de la conquista de Italia, lo que llevará en un futuro cercano a los comienzos de la Guerra Púnica. Roma dará un estatuto distinto a cada ciudad conquistada.
Roma será una ciudad en la que aparece una nueva clase dirigente que surge del conflicto interno patricio-plebeyo. Los términos patricios o plebeyos desaparecen porque se han unido en uno, tras la eliminación de la prohibición de matrimonios  la apertura a todas las magistraturas. Esta nueva nobleza sustituye a la antigua aristocracia patricia de la época monárquica. Esta nueva clase se denomina nobilitas. Son el grupo de familias patricio-plebeyas que tienen algún antepasado cónsul, pretor o censor. Es una nueva elite que acapara todas las magistraturas y son la que va a controlar a través del senado toda la política exterior que aparece después de este momento. En el nombre se especifica la gens y la rama de la familia. También tendrán el poder económico, dentro de la cual habrá dos tipos de tendencias en campo económico, una tendencia mercantilista y una tendencia más conservadora que piensa que la tierra es el elemento de prestigio. Esta nobilitas tendrá el poder de la res publicam. Todavía no está establecido el corsus honorum, en la magistratura de los Tribunos de la Plebe, pueden ser nobilitas o  no, pero la gran mayoría pertenecen a la nobilitas, pero sigue intrínseco el término de revolucionario en esta magistratura.
Se ha configurado el sistema institucional romano – comicios centuriados, curiados y tribunos -, también se han desarrollado todas las magistraturas. El sistema institucional queda instaurado sobre tres bases: Senado, Magistraturas (Cónsules, censores, pretores, tribunos de la plebe, ediles y cuestores) y Asambleas.
Cuando termina la guerra de conquista parece ser que hay dos millones y medio de habitantes que están dentro del territorio hegemónico romano, y parece ser que un cuarto de ellos son habitantes de pleno derecho, ciudadanos romanos.
Las magistraturas están controladas por la nobilitas (monopolio del control político), tienen unas características generales que afectan a todas: son magistraturas curules (en silla de marfil influencia etruscas) o no curules. Hay ordinarias y extraordinarias.
Principios generales:
-          Carácter electivo, en los comicios centuriados o por tribus.
-          Es un honor, son gratuitas.
-          Carácter anual. Los romanos tenían “pánico” al poder absoluto. Siempre eran dos o más de dos miembros.
-          Son colegiados.
Conceptos:
-          Potestas: es el poder estatal que se le concede a un magistrado. Es la facultad que tienen de poder tomar los auspicios dentro del Pomerio, de hacer edictos, de imponer multas, de reunir al pueblo y convocar y presidir el senado.
-          Imperium: capacidad militar y civil que tienen los magistrados. Son los Cónsules, los pretores y, la magistratura extraordinaria, los dictadores. Tienen derecho a convocar al pueblo (asambleas) y el senado. Son los únicos que pueden recibir el “Triunfo” en Roma, es decir; convertirse por un día en el dios Júpiter en Roma. Las fastes y los lictores representan la acumulación del poder militar.
Condiciones para ser magistrado:
-          Ser ciudadano.
-          Que no pese condena judicial sobre ellos, o un juicio.
-          Que no ejerza un oficio remunerado, la tierra era la base del prestigio en Roma.

Los cónsules es la alta magistratura que dirige el estado, es anual, es colegiado, son dos miembros. Es la magistratura más estable a lo largo de la Republica. Solo una vez habrá un cónsul sin “colega” que será Pompeyo. Tienen imperium. Son epónimos, es decir, dar su nombre al año en el que están. Son elegidos por los comicios centuriados
Los pretores, surge en la lucha por el acceso al consulado por parte de los plebeyos. Tienen imperium. Establecen o llevan a cabo la justicia entre los ciudadanos. En un principio solo existía un pretor, el de la ciudad, y con el tiempo habrá pretor peregrino, para los extranjeros, y, posteriormente, el número de pretores irán creciendo por la conquista de Roma, ya que irán como gobernadores – con César llegarán a ser 16 -. Es una magistratura colegiada. Publican edictos. Es el árbitro del derecho.
Los censores, fue la magistratura creada también por los patricios en el conflicto por acceder al consulado. En el 318 a.C. se le atribuye la función de realizar la lista de los senadores, con Apio Claudio. Realiza el censo, muy importante para la hacienda romana. Tiene la propiedad de investigar y eliminar de la lista de la lista de senadores. Suelen ser  ex – cónsules o ex – pretores. Se encargan de las financias públicas y de las construcciones públicas.  Cuando se crea, en el siglo II a.C., el cursus honorum, la magistratura del censor es el colofón de la carrera política, y ser un ex-cónsul o          ex-pretor.
Los ediles, surge en el 494 a.C. eran dos ediles plebeyos relacionados con el templo del Aventino, se crearán dos nuevos ediles patricios, y cuando acaba el conflicto se reintegran los plebeyos y los patricios. Son 4 miembros, con diferencia entre los que sentaban en la silla curul y no (elemento de prestigio). Después irán aumentando este número. Se encargaban de las mismas tareas los cuatro. Tienen una tarea policial en el interior de roma, controlar las calles, los edificios, los mercados, y, sobre todo, se encargan del abastecimiento de víveres a Roma.
Los tribunos de la plebe, (contar origen) carácter sacro santo, tienen auxilium y el derecho a veto. Se pueden oponer a cualquier decisión de cualquier magistrado. El senado utilizará a uno de los tribunos para vetar al otro. Es un gran instrumento político importantísimo. Llegarán a ser 10 miembros.
Los cuestores, primer paso para empezar el cursus honorum. Se encargaban del tesoro público, y protegían el archivo del estado, que estaban en el Templo de Saturno. Su número fue aumentando según las necesidades, aunque en un principio empezaron siendo dos miembros. Según van aumentando los territorios van aumentando el número.
Hay una magistratura extraordinaria, la dictadura, no tiene ninguna característica general. Esta nombrada por los cónsules en un momento de necesidad y crisis, se elige un dictador. No dura un año sino como máximo 6 meses, en estos meses se acumulan en el dictador todos los poderes. El dictador nombra a un lugarteniente para ayudarle. Las fastes que lleva el dictador son veinte, más que ningún cónsul.
El senado, proviene de la etapa monárquica. Son 300 miembros con carácter vitalicio. Se configura con los ex-magistrados, aunque a veces se incluyen figuras de gran dignidad o gran poder económico. Siempre el senado es convocado por un magistrado con imperium, y más tarde por los tribunos de la plebe. Dentro del senado hay una jerarquía, a la cabeza está el princeps senatus, es el más importante, con más influencia, y en última instancia su opinión es la que más cuenta. Las votaciones se separaban los que estaban a favor o no. Las decisiones se hacían por escrito (senado esculto). Las competencias eran muy amplias, influían en casi todo. Tenía una cualidad, la auctoritas, ninguna decisión aprobada entraba en vigor sin estar autorizado por el senado, cualidad que viene desde la época monárquica. Dominaba casi todos los aspectos del Estado. En el ámbito de lo religioso, los senadores tenían atribuciones, como por ejemplo, el senado es el guardián de los cultos tradicionales de la ciudad. El senado tiene un papel importante en la política exterior, determina las operaciones militares. Autoriza las levas (aunque la realizan los censores), determina los impuestos para sufragar los gastos militares. Llevan a cabo la ratificación de los tratados con los otros estados, así como las delegaciones diplomáticas. En el interior, controla las finanzas y acepta las partidas. Administran las tierras públicas y comunales, establece el canon. Tiene el control total del orden interior en Roma, este papel se trasluce por una prerrogativa que tiene, el senatus consultu ultimum, es decir; el estado de excepción, se suprimen las libertades y derechos ciudadanos, el senado puede detener y encarcelar a cualquiera sin juicio previo.
Entre las consecuencias de la conquista de Italia está que Roma se convierte en una potencia mediterránea, se amplía el territorio 150.000 km2, aumente la población en tres millones y medio de habitantes, aumenta el potencial militar (entre ciudadanos y aliados suman unos 170.000) y se consigue la organización de Italia.
Los territorios que conquista los convierte en Oppida civium Romanorum, ciudades sin sufragio, colonias de ciudadanos romanos, sicii latinos y aliados Itálicos.
Las Oppida civium Romanorum son ciudades, fundamentalmente latinas, del Lacio. Van a tener cierta libertad interior, pero sus habitantes van a ser ciudadanos romanos (tienen que pagar tributos y aportar contingente militar).
Las ciudades sin sufragio no tienen derecho a voto ni a ser elegido. Estas ciudades acaban llamándose a partir del siglo II a.C. municipios y se convertirán en ciudades de pleno derecho.
Las colonias de ciudadanos romanos van a ser ciudades creadas con ciudadanos romanos que son creadas ex novo.
Los socii latinos son aliados latinos. Son antiguas ciudades latinas que van a hacer pactos individuales con Roma y están bajo su poder. Tienen que tributar con dinero y militar, pero se les prohíbe que vuelvan a crear una liga latina contra Roma. No pueden hacer política exterior pero si el resto de derechos. Pueden tener doble nacionalidad.

El resto de Italia que no entra en esta clasificación se denomina aliados itálicos. No tenían derechos romanos, pero tenían que contribuir en caso de guerra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario