lunes, 19 de mayo de 2014

Los reinos hispánicos en la Baja Edad Media

La historia política en la Corona de Castilla en la primera mitad del siglo XIV transcurre entre los reinados de Fernando IV (1295-1312) y Alfonso XI (1311-1350). Tienen unas características bastante comunes. Ambos comienzan con una larga minoría, utilizada por la nobleza para incrementar su poder.
El reinado de Fernando IV comenzará con dificultades procedentes de la política exterior, la declaración de guerra de Jaime II de Aragón, que reclamaba una serie de poblaciones fronterizas. Jaime II actuará aliado con los reyes de Granada y Portugal, que en algunos casos conseguirán sus objetivos.
Desde el punto de vista interior se producen las tensiones por parte de los nobles. Ya en estos momentos el mantenimiento de una cierta autoridad real depende de la lealtad de las ciudades. Pidieron la confirmación de los privilegios obtenidos desde Alfonso VII  hasta Fernando III. Piden la confirmación de esos privilegios, solicitan que los eclesiásticos pierdan influencia en la corte sustituyéndoles por miembros procedentes de las ciudades.
El predominio concejil fue importante en estos momentos. La reina regente accedió a elegir a los dirigentes entre los miembros de la aristocracia urbana. Aceptó que no fuesen elegidos miembros de la nobleza, ricos hombres…etc. Los eclesiásticos pidieron para sí concesiones semejantes a las logradas por los consejos, poniéndose al servicio de la monarquía. Los nobles seguirán los mismos caminos.
La monarquía conseguirá a pesar de las dificultades, determinados logros desde el punto de vista del funcionamiento del reino. En la administración de justicia se encomendó a doce alcaldes legos. Serían cuatro de Castilla, cuatro de León y cuatro de la Extremadura (territorios de Castilla la Mancha). El sueldo de estos alcaldes sería aportado por la monarquía, siendo lo suficiente para no tener que solicitar nada por parte de los solicitantes. Por tanto, se reorganizó la cancillería.
El fenómeno de las hermandades es un poco impreciso. Se crearon muchas hermandades. Las ligas o confederaciones de ciudades que surgieron en momentos en los que la monarquía era incapaz de asegurar el orden público y mantener la justicia. Según sus integrantes eran muy diversas aunque solían tener un fin político y económico.
El origen de este tipo de cofradías se produce en el reinado de Alfonso X, promoviéndolas su hijo Sancho IV para poder acceder al poder. Cuando Sancho IV accedió al poder las disolvió.
Esta situación se vuelve a reproducir en la época de María de Molina (regente de Fernando IV). Apoyó en 1295 la organización de cofradías. Se forma la hermandad de Castilla con capital en Burgos, la de Galicia y León con capital en León, la de Toledo y Extremadura con capital en Toledo, la de Murcia con capital en Murcia. Fueron utilizadas por los tutores o nobles para afianzar su situación personal.
La hermandad general estaba formada por caballeros hidalgos, no por ricos hombres. Firman los estatutos los representantes de 100 ciudades y más de 100 hidalgos. Nobles laicos y eclesiásticos se organizaron en asociaciones paralelas generalizándose este fenómeno.
La hermandad que englobaba las ciudades del cantábrico tendría una finalidad de carácter económico y no político. Querían suprimir los diezmos y los tributos de la explotación del hierro. Incluso llegaron a intervenir en la guerra de los Cien Años.
La hermandad vieja de Toledo tenía unos antecedentes relativamente lejanos, pero los objetivos eran claros. Era una asociación que tendía superar el particularismo de las leyes. Los fueros que surgen son legislaciones particulares y lo que se intenta es facilitar el traslado de las personas. Se intentará dar seguridad en los caminos, asumiendo unas determinadas funciones de carácter militar. Los principios de esta hermandad serán extendidos a todos los reinos por Pedro I, siendo los orígenes de la Santa Hermandad de los Reyes Católicos.
La minoría de Alfonso XI se caracteriza por problemas semejantes a Fernando IV. Las tensiones entre distintos miembros de la corte, interesados en intervenir en las actividades políticas dirigirán a una serie de nobles que llevarían a la inestabilidad a los territorios. Incrementaron los impuestos que crearon problemas a los campesinos, que huyeron marchándose a  los reinos vecinos (Aragón y Portugal). Este estado motivó que las ciudades interviniesen y organizaran en cada uno de los reinos la Hermandad General. Esta hermandad o al menos con la rama castellana terminó controlada por los ricos hombres de manera que las ciudades perdieron su apoyo llegándose a un punto extremadamente caótico.
La crisis de la Corona de Castilla permite que el monarca granadino recupere fortaleza de alguna manera. Coincidiendo con la debilidad del norte de África que permite el asentamiento catalán, este rey granadino conquista Ceuta convirtiéndose en el rey del Estrecho. Los cristianos coordinarán las fuerzas para luchar contra el monarca granadino.
Cuando Alfonso XI consigue la mayoría de edad intentará controlar la nobleza. Realizara una serie de políticas de tipo matrimonial. La primera propuesta de matrimonio era con doña Constanza, cuando se afianzó en el trono abandonó esta propuesta. Se casará con María de Portugal conteniendo el empuje de Portugal. Casará a su hermana con Alfonso el Benigno de Aragón. Cuando consigue la mayoría de edad, en el año 1329 conseguirá el apoyo de las ciudades reunidas en Cortes.

6.1 CORONA DE ARAGÓN

-Aragón y Valencia + Condados Catalanes (principado de Cataluña).

Formada por los reinos de Aragón, Valencia y los Condados Catalanes. Pero otros dos territorios importantes son el Reino de Mallorca y el Reino de Sicilia, antiguamente vinculados a la Corona de Aragón. En estos momentos, están en manos de los familiares titulares de la Corona de Aragón y desde un punto de vista formal no pertenecen a ella. Sera a lo largo del siglo XIV cuando se vayan incorporando.
-Ducados de Atenas y Neopatria, además de la isla de Cerdeña, ocupada entre 1323 y 1324.
Estos territorios tendrán distintas instituciones y distinto derecho pero vinculados al monarca de la Corona de Aragón.
Los tres monarcas que ocupan este periodo son Jaime II, que gobierna entre 1291 y 1327; Alfonso IV “el Benigno”, 1327 y 1336; y Pedro IV “el Ceremonioso” 1336 y 1387.

6.1.1 Política interior

El problema fundamental para la monarquía viene de alguna manera relacionado con los movimientos de la nobleza aragonesa, agrupada en torno a un colectivo calificado como “los unionistas”. De alguna manera se trata de un grupo de nobles que luchan por ampliar sus privilegios, dominios, fortalecer de alguna manera su situación. Esa pretensión no la plasman solo en el interior, si no que la proyectan para poder controlar el Reino de Valencia y pretendiendo que Aragón quede al margen de la intromisión de los catalanes. Estos problemas se hacen más evidentes en el momento en el que Pedro IV nombra como heredero al trono a su hija Constanza. Esto era algo irregular. El nombramiento perjudicaba a otros familiares del rey: Jaime de Urgel y los infantes Fernando y Juan. Los aragoneses se unirán a este grupo de la realeza para extender su influencia. Los sublevados consiguen victorias importantes sobre los representantes del monarca y también sobre territorio valenciano. Esto les permite reclamar una ampliación de sus privilegios. Se pone de manifiesto el carácter anti catalán de los unionistas aragoneses, que querían agrupar todos los territorios de la Corona de Aragón excepto Cataluña. El rey simuló negociar con ellos pero fue reorganizando su ejército hasta derrotar a los unionistas.
En el caso de Valencia, hay un movimiento unionista que parece que tiende a vincularse a los objetivos de estos nobles aragoneses pero lo que manifiesta es una división interna dentro del Reino de Valencia. Una oposición por parte de grupos medios del artesanado y mercaderes frente a la aristocracia valenciana.

6.1.2 Política exterior

Sobre los territorios que habían pertenecido al Imperio Bizantino, un grupo de catalanes aragoneses actúan por iniciativa propia y crean los ducados de Atenas y Neopatria en 1311, pasando a la Corona de Aragón.
La conquista de Cerdeña es importante para Cataluña y su actividad mercantil, pues le ayuda a controlar el Mediterráneo occidental. Proyectan los productos catalanes y al mismo tiempo incorporar productos de lujo que más tarde distribuirían por territorios peninsulares.
El control de Cerdeña crea otra serie de problemas importantes que básicamente se centran en el enfrentamiento entre la Corona de Aragón (Cataluña) y Génova. En principio eran aliados contra otras ciudades italianas como Pisa, pero desde el momento en que Cataluña se asienta en Cerdeña, Génova va a desarrollar una serie de actividades militares de carácter corsario y en otros casos lo hará directamente. La Corona de Aragón conseguirá victorias frente a Génova en torno a 1353.
Otro gran problema fue la incorporación de los reinos de Mallorca y Sicilia. Mallorca fue integrada por Pedro el Ceremonioso en 1343 pero Sicilia no será incorporada hasta finales de siglo. El gran problema del reino de Mallorca era la incapacidad económica para abastecer a la población de cereales, por lo que dependían del comercio. Como consecuencia de estas dificultades se desarrollan en territorios mallorquines problemas de abastecimiento.

6.2 TERRITORIOS CASTELLANOS

6.2.1 Política interior

Tras lograr la mayoría de edad 1325, la política interior de Alfonso XI se centra fundamentalmente en conseguir el control de las ciudades. En primer lugar, establece una figura importantísima, que es el corregidor. Es un cargo establecido por la monarquía que responden a los intereses de ésta y transmiten las decisiones reales en distintos municipios. Esto va a significar un avance en la disminución del relieve que tenían los fueros, una limitación de la incidencia de los fueros propios de cada una de las ciudades.
En este fortalecimiento monárquico, son importantes las Cortes de Alcalá de 1348. Se establecen normas generales para todos los territorios. Se recupera el derecho romano que daba una autoridad fundamental a los monarcas. Para eso, Alfonso XI cambia de colaboradores. La nobleza estará muy próxima al rey. Estos apoyos  se verán correspondidos por cesiones por parte del rey, como por ejemplo, que el rey no interfiriera en los conflictos entre vasallos y nobles. También prohíbe que se apliquen torturas a los hidalgos y que los nobles sean encarcelados por deudas.
Por otra parte, en relación a los judíos, Alfonso XI buscará la colaboración de este colectivo que se ha consolidado como prestamistas, gestores y recaudadores de los tributos reales. Esto significa también un enfrentamiento con las ciudades, pues ya empiezan a aparecer movimientos de rechazo hacia la actividad de los judíos, considerando que los intereses en los préstamos son muy superiores a los legales, acarreando problemas de devolución a la población, especialmente porque la coyuntura económica es negativa en este momento. Solicitan, por tanto, que se anulen los préstamos y solicitan que se les perdone la tercera parte de las deudas contraídas y se aplace la devolución del resto hasta 18 meses sin que suponga un incremento de los intereses.
El rey va a procurar una especie de compromiso muy relevante, pues los judíos tendrán que olvidar la cuarta parte de las deudas y el resto se abonará en el plazo de un año. Sin embargo, el monarca mantendrá a los judíos bajo su protección y continuarán disfrutando de todas las actividades que venían desarrollando con anterioridad.

6.2.2 Política exterior

Tras vencer la resistencia de los nobles consigue embarcarlos en la lucha contra los benimerines. Pero no solo manda a la nobleza castellana si no que cuenta con el apoyo de tropas de portugueses, aragoneses e inglesas. Como consecuencia, consigue derrotarlos en la Batalla de Salado. También vence a los granadinos y se impone en los territorios del sur.
En el Norte, ha penetrado la guerra de los Cien Años, que afecta a la zona del Cantábrico. Los dos contendientes reclaman la participación de Castilla. En un principio se inclinará hacia Inglaterra porque buscaba aliarse con la principal potencia marítima del momento.

6.3 PEDRO I  EL CRUEL

Alfonso XI muere le sucede Pedro I el cruel 1350-1369. Apenas comienza el reinado de Pedro se advierten las primeras tensiones dentro de la monarquía.
Mientras tanto, se produce el cambio de Alfonso por Pedro I. Apenas comienza el reinado de Pedro se advertirán las primeras tensiones en la monarquía. Este será el origen de los grandes enfrentamientos que llevará al asesinato del rey Pedro I por su hermanastro.
En la época de Pedro IV encontramos numerosos aspectos dinámicos. Paralela a la guerra civil de castilla encontramos en Aragón la “Guerra de los dos Pedros” (1356-1369).
Los motivos de la guerra entre Pedro I y Pedro IV de Aragón hay que buscarlos en otros enfrentamientos que mantuvieron Aragón contra Génova por el control del comercio con el mediterráneo. Génova era aliada de Castilla. La justificación más inmediata de la guerra es que dos naves aliadas de Génova fueron destruidas por el almirante catalán en aguas castellanas.
Las dos órdenes militares fundamentales (Santiago y Calatrava) se independizaba, por un lado la rama aragonesa y por otro lado la castellana. Lo que se oculta es un conflicto por control de los territorios del sistema ibérico.
De alguna manera la marina castellana se había desarrollado mucho. Al entrar en colaboración con Génova los castellanos disputarán el poder marítimo con los catalanes.
Desde el punto de vista interno un aspecto importante es que Castilla aspiraba a recuperar unos lugares en la frontera con Aragón y también en el Reino de Valencia. Es el caso de los puertos de Murcia o Alicante.
Este enfrentamiento tiene distintas fases. Tal y como vimos en la guerra de los Cien Años, la guerra está interrumpida por diversas treguas. En un primer momento de la guerra (hacia 1356) hay un predominio castellano. Se debe sobre todo a la circunstancia de que las finanzas castellanas funcionaban de una manera más favorable que la corona de Aragón, el rey tenía más centralizado los ingresos teniendo una mejor situación financiera.
La guerra empieza a perfilarse no solo como guerra entre los dos pedros sino que será también guerra civil en los dos territorios que hizo que se aprobase en el año 1357 la primera tregua, utilizada por Pedro I para solucionar problemas con sus nobles.
Los ataques castellanos volverán a iniciar la guerra. Estos ataques no solo llegan a Aragón o Valencia sino que llegan hasta Cataluña con la victoria en 1360.
A partir de este momento la intervención de los musulmanes (monarcas nazaríes [granadinos]) hacen la situación más difícil. Mujaman VI es ajusticiado produciéndose un nuevo vuelco coincidiendo con la entrada de tropas francesas en la península.  Tropas de mercenarios pagados por Francia y ayudados por el pontífice.
Enrique de Trastámara reclama para sí la corona de Castilla y Pedro el Ceremonioso lo aceptará.
El cuarto momento de esta guerra son nuevas hostilidades que permiten a Enrique de Trastámara con el apoyo del monarca catalán avanzar hasta Burgos (¿monasterio de las huelgas?) haciéndose coronar en 1366 estando todavía Pedro I, por lo que todavía no es rey.
Desde 1365 la guerra más que entre estados peninsulares, es fundamentalmente una guerra civil. Al mismo tiempo es una guerra internacionalizada. Junto a Enrique van a intervenir tropas francesas y aragonesas. Al lado de Pedro I van a combatir portugueses, ingleses, granadinos o navarros.
Paralelamente a estas expediciones se está produciendo un conflicto importante. La propaganda tiene un papel bastante llamativo. Se está iniciando una campaña de desprestigio contra Pedro el Cruel a favor de Enrique de Trastámara. Las bases consisten en acusas a Pedro I de ser hijo de un judío. Esto significará que se le vincule con el grupo étnico religioso más desprestigiado en este momento, son los enemigos de la fe los que están detrás del rey. Los seguidores reales estarán mal considerados.
Es una campaña que oculta una realidad sobre Enrique de Trastámara. Se quita importancia a que Enrique fuese bastardo.
Otro aspecto importante de esta propaganda es que comiencen a resaltarse los crímenes cometidos por Pedro I. Estos actos de injusticia terribles pueden ser exagerados. En momentos muy anteriores hay asesinatos constantes pero en este momento conviene que la población juzgue negativamente la actitud tiránica del monarca.
Esta propaganda fue eficaz y Pedro I fue abandonado por un número importante de nobles. Enrique II recuperó el eje fundamental de la Península (Burgos-Toledo-Sevilla).
Las consecuencias de la guerra en Aragón fueron bastante duras. Desde una época bastante temprana (desde 1359) se detectan quejas del endeudamiento provocado por la necesidad de entregar donativos al monarca, incrementándose los impuestos. Esto en último término repercute en el aspecto más notable de la corona de Aragón. Disminuye la actividad comercial. La crisis tiene repercusiones monetarias, se devaluó el florín de oro en un cuarto aproximadamente. Este fenómeno significa el aumento de la presión de los propietarios de la tierra sobre los campesinos y las revueltas campesinales y de algunos artesanos. Significó también la quiebra de bancos. Tiene unas repercusiones fundamentales.
A pesar de esto, Cataluña consiguió mantener la orientación política anterior. La independencia frente a Francia y a Castilla. Es en esta época cuando se produce la sesión por parte de los almogávares que habían conquistado Atenas la persona de Leonor de Sicilia, mujer de Pedro el Ceremonioso. Se produce la incorporación de Sicilia tras la muerte de Federico el Simple sin heredero varón.
En estas condiciones sube al trono Juan I (1387-1396). Este reinado coincide con el momento en que la crisis alcanza un nivel bastante importante. Las manifestaciones de esta crisis era el incremento de la rivalidad entre señores y campesinos. Al mismo tiempo se está produciendo en las ciudades un enfrentamiento entre artesanos y patricios, interviniendo una serie de características políticas y enfrentamientos entre la nobleza (varones y caballeros). Los caballeros encontraran en el rey un aliado importante que busca encontrar su autoridad.
De todos estos niveles de enfrentamientos en el campo, en la ciudad se enfrentan los propietarios de talleres frente a los oficiales.
Esta influencia de la crisis hizo cambiar la mentalidad de Juan I en su política. Colaborará con Francia, con el Pontificado de Aviñon.
Es en su reinado cuando se produce el asaltado en 1391 al barrio judío catalán. Es quizá una de las muestras más significativas del descontento social generalizado. Este descontento se plasma en otros movimientos interrumpidos como consecuencia de la muerte del rey en 1396.
Con la sucesión de Martín I los consejeros van a ser acusados de ir a favor de los judíos. Este reinado es relativamente breve (14 años). Coincide con la política anterior. Es quien da paso a Fernando de Antequera en un proceso muy complicado.
Algunas consecuencias de estas guerras en la segunda mitad del siglo XIV en la hacienda castellana es que debe buscarse la raíz en el reinado de Alfonso X. Se encontró con grandes dificultades sobre todo cuando pretendió conseguir la corona imperial. Era un rey legislador y procuró poner en práctica las medidas legales y sacar también las ventajas económicas (fue el creador del concejo de la Mesta). También estableció tributos aduaneros por ejemplo en los puertos del Cantábrico. Se aprovechó de las rentas eclesiásticas, fue el gran impulsor del diezmo porque él se quedaba con una tercia. Dio un nuevo impulso a esa fiscalidad monárquica, puso un impuesto con carácter general de las salinas generalizó las alcabalas que afectaban a todas las operaciones de compra-venta. Estas son las bases de la fiscalidad que funcionan en la segunda mitad del siglo XIV, que posibilitan la formación de los ejércitos. Lo más importante es que bajo Enrique III tiene lugar un desarrollo y una confirmación de muchas de estas medidas, las alcabalas que hasta el momento era un impuesto extraordinario se convertirá en una renta ordinaria (hacia 1400). Ya no era necesario solicitar el asentimiento de las cortes. Se sistematiza el cobro, se regula mediante cuaderno donde aparecen las condiciones de arrendamiento.

6.4 LOS REINOS HISPÁNICOS EN EL SIGLO XV HASTA SU UNIÓN

Fernando de Antequera representa la unión entre Aragón y Cataluña. Es un personaje casado con Leonor de Alburquerque, es hijo segundo de Juan I de Castilla. Leonor pertenecía  a una de las familias más importantes de la corona de Castilla. Es un contrapeso muy importante a la monarquía tanto en Castilla como en Aragón. A la muerte del monarca Enrique III, el doliente, le sucedería Juan II, niño, y por tanto la regencia la van a desarrollar en Castilla la viuda Catalina y el propio Fernando. Quien tiene el poder y el peso militar es Fernando.
Dirigirá la belicosidad de la nobleza castellana hacia las conquistas en el sur (Granada), protagonizando en 1410 la conquista de Antequera. Esta le servirá para incrementar su prestigio militar en Castilla.
Conseguirá controlar las ciudades Castellanas. En estos momentos se produce el fallecimiento de Martín el joven en 1410 sin heredero. El propio Martín había apoyado a algunos parientes, en concreto a Jaime. Pero este no había conseguido el apoyo de las Cortes; solo las cortes de Cataluña puede reunirse, las de Aragón y Valencia no consiguen reunir a todos sus representantes.
En 1412 se convoca una comisión de notables que van a proceder a lo que se denomina el compromiso de castro. Estos notables se caracterizan por una cierta especialización jurídica. Fundamentalmente estaba formado por letrados y eclesiásticos. Utilizarán los criterios jurídicos y el testamento de Martín I propondrán como candidatos a Fernando y a Luis.
Estos candidatos cuentan con apoyo. Muere el arzobispo de Zaragoza. Al pedir ayuda el bando de Luis se niega y el de Fernando la presta. Se convertirá, con el apoyo de Benedicto XIII,  como único candidato. Con el apoyo de las cortes Valencianas se consolida a Fernando como monarca de Aragón.
Esto no significa una unión con Castilla. Ni siquiera beneficia a Castilla porque Fernando tiene que olvidar sus empresas militares. Cuando se enteran los musulmanes se interrumpe el pago de tributos. Por otro lado se tiene que gastar mucho dinero procedente de Castilla para afianzarse como monarca aragonés. Solo beneficia a Castilla porque accede al comercio al comercio que venía realizando Cataluña y se afianzarán algunos comerciantes castellanos en puertos catalanes.
Fernando consigue el apoyo de la burguesía. Aragón ve como desaparecen las fronteras comerciales.
Sin embargo, Fernando tuvo serias dificultades con las cortes catalanas. En estos momentos mantenían grabes dificultades con los remensas. Como medida de reacción ante esta nobleza que se le resistía, Fernando procura apoyar el estamento de los caballeros. Lo que intenta es crear una segunda nobleza, una nobleza que sirva de contrapeso a los miembros de la alta nobleza. Sin haber conseguido estos objetivos muere en 1416.
La corona de Castilla la hereda de Enrique III, Juan II controlado por Fernando de Antequera y su madre Catalina. En esta situación y sobre todo desde que Fernando se vuelca en los problemas catalanes, los infantes de Aragón hijos de Fernando I y Leonor, van a tener un papel muy importante en Castilla. En el proyecto de Fernando estaban destinados a ocupar las coronas de Castilla, Portugal, Navarra y Aragón y el Maestrazgo de las órdenes militares.
Juan y Enrique van a ser quienes se conviertan de alguna manera en los individuos que van a controlar la monarquía, en concreto a Juan II. El infante Enrique se apoderó de Juan II, le exigió el marquesado de Villena y casó con una hermana del monarca. Esto provoca la reacción del resto de la nobleza, quienes descontentos, dirigidos por Álvaro de Luna, se aliaron con Juan de Navarra, derrotaron a Enrique y se repartieron los bienes.
Es el momento en el que la influencia real pasa a Álvaro de Luna, apoyo fundamental del monarca. Como consecuencia de disputas internas, Álvaro pierde la confianza de la reina y es ajusticiado.
Le sucede Enrique IV en 1454 que tampoco va a conseguir imponerse a los nobles. Se convierte en un instrumento de las propias disputas de las alianzas que mantienen los nobles. Estuvo sometido a Juan Pacheco. Para impedir que Juan Pacheco sea el consejero y dirigente de la política de Enrique IV, reaccionan y el monarca tiene que canalizar de nuevo, tranquilizar a los nobles, recuperando el pretexto de la guerra contra granada. Tiene una eficacia poco visible. Se trata de expediciones de saqueo de los campos. Esta poca visibilidad le perjudica
Los nobles y las ciudades no se contentan porque están pagando estas empresas militares y no les benefician a ellos sino solo a los grupos de caballeros, algunos miembros nobiliarios, que se habían establecido en algunos territorios fronterizos.
Enrique IV aparece de nuevo sometido a los nobles, teniendo que hacer una serie de concesiones. Nombra como heredero a su hermano Alfonso, confirma el fuero especial de la nobleza y pierde el control sobre los delitos que cometan los nobles. Tiene que aceptar el destierro de Beltrán de la Cueva, duque de Alburquerque. Se produce un ascenso de Juan Pacheco.
En estas circunstancias se produce la farsa de 1465. El monarca y sus partidarios reaccionan pero es tardía. Se plasma en 1467 en la victoria de Olmedo. En estas circunstancias muere el sucesor, Alfonso. Se produce un problema: quién va a ser el heredero.
En la entrevista de Guisando de 1468 se acuerda que Enrique acepte a Isabel como heredera como a cambio de respetar el trono hasta el fallecimiento.
Los nobles eligen a Alfonso V, rey portugués, para contraer matrimonio con Isabel. Este rey lejano era una oportunidad para que los nobles mantuviesen el poder. Juan II monarca de la corona de Aragón propone a su propio hijo Fernando. Considera que esto significaría quitarse un adversario recuperando su política mediterránea. Isabel en 1469 acepta a Fernando y como consecuencia de esto los nobles que habían apoyado a Alfonso V van a apoyar a la Juana, hija de Enrique IV, procurando que el matrimonio de Juana con Alfonso V de lugar a la guerra civil. Por un lado Juana y el rey de Portugal con las tropas portuguesas, mientras que Isabel y Fernando van a conseguir consolidarse sobre todo por el apoyo papal del valenciano Alejandro VI (Rodrigo de Borgia) y el apoyo de Juan II de Aragón.
Este período se caracteriza por una serie de dificultades. Levantamientos de los “hermanados” gallegos que actuando de manera violenta consiguen el poder de manera importante. Los reinados de Juan II y Enrique IV de castilla son situaciones difíciles para controlar a los nobles que usurparán territorios.
A Fernando de Antequera le sucede Alfonso el Magnánimo, caracterizado por la expansión mediterránea en la que mantiene dificultades con las propias cortes. A pesar de ello se le declara heredero, consejero y virrey de Nápoles.
La actividad de Alfonso consiguió que después de la batalla naval de Onza un pacto con Milán en el que la mitad norte de Italia estaba bajo influencia de Milán y la mitad sur con centro en Nápoles estaba sometida a Alfonso V. Se estableció en Nápoles.
Los turcos están avanzando de una manera importantísima por el sureste de Europa. A mediados del XV cayó la propia Constantinopla.  Alfonso tuvo que negociar el poyo con determinadas autoridades balcánicas que llegaban a ser peligrosos para estos territorios.
En el plano interior Alfonso apoyó el movimiento de los remensas. No solo de los campesinos sino también de los menestrales. Al morir Alfonso le sucede Juan II de Aragón.
Hereda el trono con las mismas dificultades de su hermano. Enfrentado con la nobleza y la biga (grupos más poderosos de la nobleza). Este enfrentamiento acaba en una guerra civil porque ambos grupos pretendían el gobierno municipal de Barcelona.  Esta guerra civil lastra el reinado de Juan II acaba en 1472 con la capitulación de Pedralbes.

Esta es la herencia que va a recibir en 1472 Fernando II el Católico. Se va a encontrar con el grave problema de los campesinos sometido todavía a los tributos. 

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