La
historia política en la Corona de Castilla en la primera mitad del siglo XIV
transcurre entre los reinados de Fernando IV (1295-1312) y Alfonso XI
(1311-1350). Tienen unas características bastante comunes. Ambos comienzan con
una larga minoría, utilizada por la nobleza para incrementar su poder.
El
reinado de Fernando IV comenzará con dificultades procedentes de la política
exterior, la declaración de guerra de Jaime II de Aragón, que reclamaba una
serie de poblaciones fronterizas. Jaime II actuará aliado con los reyes de
Granada y Portugal, que en algunos casos conseguirán sus objetivos.
Desde
el punto de vista interior se producen las tensiones por parte de los nobles.
Ya en estos momentos el mantenimiento de una cierta autoridad real depende de
la lealtad de las ciudades. Pidieron la confirmación de los privilegios
obtenidos desde Alfonso VII hasta
Fernando III. Piden la confirmación de esos privilegios, solicitan que los
eclesiásticos pierdan influencia en la corte sustituyéndoles por miembros procedentes
de las ciudades.
El
predominio concejil fue importante en estos momentos. La reina regente accedió
a elegir a los dirigentes entre los miembros de la aristocracia urbana. Aceptó
que no fuesen elegidos miembros de la nobleza, ricos hombres…etc. Los eclesiásticos
pidieron para sí concesiones semejantes a las logradas por los consejos,
poniéndose al servicio de la monarquía. Los nobles seguirán los mismos caminos.
La
monarquía conseguirá a pesar de las dificultades, determinados logros desde el
punto de vista del funcionamiento del reino. En la administración de justicia
se encomendó a doce alcaldes legos. Serían cuatro de Castilla, cuatro de León y
cuatro de la Extremadura (territorios de Castilla la Mancha). El sueldo de
estos alcaldes sería aportado por la monarquía, siendo lo suficiente para no
tener que solicitar nada por parte de los solicitantes. Por tanto, se
reorganizó la cancillería.
El
fenómeno de las hermandades es un poco impreciso. Se crearon muchas
hermandades. Las ligas o confederaciones de ciudades que surgieron en momentos
en los que la monarquía era incapaz de asegurar el orden público y mantener la
justicia. Según sus integrantes eran muy diversas aunque solían tener un fin
político y económico.
El
origen de este tipo de cofradías se produce en el reinado de Alfonso X,
promoviéndolas su hijo Sancho IV para poder acceder al poder. Cuando Sancho IV
accedió al poder las disolvió.
Esta
situación se vuelve a reproducir en la época de María de Molina (regente de
Fernando IV). Apoyó en 1295 la organización de cofradías. Se forma la hermandad
de Castilla con capital en Burgos, la de Galicia y León con capital en León, la
de Toledo y Extremadura con capital en Toledo, la de Murcia con capital en
Murcia. Fueron utilizadas por los tutores o nobles para afianzar su situación
personal.
La
hermandad general estaba formada por caballeros hidalgos, no por ricos hombres.
Firman los estatutos los representantes de 100 ciudades y más de 100 hidalgos.
Nobles laicos y eclesiásticos se organizaron en asociaciones paralelas
generalizándose este fenómeno.
La
hermandad que englobaba las ciudades del cantábrico tendría una finalidad de
carácter económico y no político. Querían suprimir los diezmos y los tributos
de la explotación del hierro. Incluso llegaron a intervenir en la guerra de los
Cien Años.
La
hermandad vieja de Toledo tenía unos antecedentes relativamente lejanos, pero
los objetivos eran claros. Era una asociación que tendía superar el
particularismo de las leyes. Los fueros que surgen son legislaciones
particulares y lo que se intenta es facilitar el traslado de las personas. Se
intentará dar seguridad en los caminos, asumiendo unas determinadas funciones
de carácter militar. Los principios de esta hermandad serán extendidos a todos
los reinos por Pedro I, siendo los orígenes de la Santa Hermandad de los Reyes
Católicos.
La
minoría de Alfonso XI se caracteriza por problemas semejantes a Fernando IV.
Las tensiones entre distintos miembros de la corte, interesados en intervenir
en las actividades políticas dirigirán a una serie de nobles que llevarían a la
inestabilidad a los territorios. Incrementaron los impuestos que crearon
problemas a los campesinos, que huyeron marchándose a los reinos vecinos (Aragón y Portugal). Este
estado motivó que las ciudades interviniesen y organizaran en cada uno de los
reinos la Hermandad General. Esta hermandad o al menos con la rama castellana
terminó controlada por los ricos hombres de manera que las ciudades perdieron
su apoyo llegándose a un punto extremadamente caótico.
La
crisis de la Corona de Castilla permite que el monarca granadino recupere
fortaleza de alguna manera. Coincidiendo con la debilidad del norte de África
que permite el asentamiento catalán, este rey granadino conquista Ceuta
convirtiéndose en el rey del Estrecho. Los cristianos coordinarán las fuerzas
para luchar contra el monarca granadino.
Cuando
Alfonso XI consigue la mayoría de edad intentará controlar la nobleza.
Realizara una serie de políticas de tipo matrimonial. La primera propuesta de
matrimonio era con doña Constanza, cuando se afianzó en el trono abandonó esta
propuesta. Se casará con María de Portugal conteniendo el empuje de Portugal.
Casará a su hermana con Alfonso el Benigno de Aragón. Cuando consigue la
mayoría de edad, en el año 1329 conseguirá el apoyo de las ciudades reunidas en
Cortes.
6.1 CORONA DE ARAGÓN
-Aragón y Valencia + Condados Catalanes (principado de Cataluña).
Formada por los reinos de Aragón, Valencia y los Condados
Catalanes. Pero otros dos territorios importantes son el Reino de Mallorca y el
Reino de Sicilia, antiguamente vinculados a la Corona de Aragón. En estos
momentos, están en manos de los familiares titulares de la Corona de Aragón y
desde un punto de vista formal no pertenecen a ella. Sera a lo largo del siglo
XIV cuando se vayan incorporando.
-Ducados de Atenas y Neopatria, además de la isla de
Cerdeña, ocupada entre 1323 y 1324.
Estos territorios tendrán distintas instituciones y distinto
derecho pero vinculados al monarca de la Corona de Aragón.
Los tres monarcas que ocupan este periodo son Jaime II, que
gobierna entre 1291 y 1327; Alfonso IV “el Benigno”, 1327 y 1336; y Pedro IV
“el Ceremonioso” 1336 y 1387.
6.1.1 Política interior
El problema fundamental para la monarquía viene de alguna
manera relacionado con los movimientos de la nobleza aragonesa, agrupada en
torno a un colectivo calificado como “los unionistas”. De alguna manera se
trata de un grupo de nobles que luchan por ampliar sus privilegios, dominios,
fortalecer de alguna manera su situación. Esa pretensión no la plasman solo en
el interior, si no que la proyectan para poder controlar el Reino de Valencia y
pretendiendo que Aragón quede al margen de la intromisión de los catalanes.
Estos problemas se hacen más evidentes en el momento en el que Pedro IV nombra
como heredero al trono a su hija Constanza. Esto era algo irregular. El
nombramiento perjudicaba a otros familiares del rey: Jaime de Urgel y los
infantes Fernando y Juan. Los aragoneses se unirán a este grupo de la realeza
para extender su influencia. Los sublevados consiguen victorias importantes
sobre los representantes del monarca y también sobre territorio valenciano.
Esto les permite reclamar una ampliación de sus privilegios. Se pone de
manifiesto el carácter anti catalán de los unionistas aragoneses, que querían
agrupar todos los territorios de la Corona de Aragón excepto Cataluña. El rey
simuló negociar con ellos pero fue reorganizando su ejército hasta derrotar a
los unionistas.
En el caso de Valencia, hay un movimiento unionista que
parece que tiende a vincularse a los objetivos de estos nobles aragoneses pero
lo que manifiesta es una división interna dentro del Reino de Valencia. Una
oposición por parte de grupos medios del artesanado y mercaderes frente a la
aristocracia valenciana.
6.1.2 Política exterior
Sobre los territorios que habían pertenecido al Imperio
Bizantino, un grupo de catalanes aragoneses actúan por iniciativa propia y
crean los ducados de Atenas y Neopatria en 1311, pasando a la Corona de Aragón.
La conquista de Cerdeña es importante para Cataluña y su
actividad mercantil, pues le ayuda a controlar el Mediterráneo occidental.
Proyectan los productos catalanes y al mismo tiempo incorporar productos de
lujo que más tarde distribuirían por territorios peninsulares.
El control de Cerdeña crea otra serie de problemas
importantes que básicamente se centran en el enfrentamiento entre la Corona de
Aragón (Cataluña) y Génova. En principio eran aliados contra otras ciudades
italianas como Pisa, pero desde el momento en que Cataluña se asienta en
Cerdeña, Génova va a desarrollar una serie de actividades militares de carácter
corsario y en otros casos lo hará directamente. La Corona de Aragón conseguirá
victorias frente a Génova en torno a 1353.
Otro gran problema fue la incorporación de los reinos de
Mallorca y Sicilia. Mallorca fue integrada por Pedro el Ceremonioso en 1343
pero Sicilia no será incorporada hasta finales de siglo. El gran problema del
reino de Mallorca era la incapacidad económica para abastecer a la población de
cereales, por lo que dependían del comercio. Como consecuencia de estas
dificultades se desarrollan en territorios mallorquines problemas de
abastecimiento.
6.2 TERRITORIOS CASTELLANOS
6.2.1 Política interior
Tras lograr la mayoría de edad 1325, la política interior de
Alfonso XI se centra fundamentalmente en conseguir el control de las ciudades.
En primer lugar, establece una figura importantísima, que es el corregidor. Es
un cargo establecido por la monarquía que responden a los intereses de ésta y
transmiten las decisiones reales en distintos municipios. Esto va a significar
un avance en la disminución del relieve que tenían los fueros, una limitación
de la incidencia de los fueros propios de cada una de las ciudades.
En este fortalecimiento monárquico, son importantes las
Cortes de Alcalá de 1348. Se establecen normas generales para todos los
territorios. Se recupera el derecho romano que daba una autoridad fundamental a
los monarcas. Para eso, Alfonso XI cambia de colaboradores. La nobleza estará
muy próxima al rey. Estos apoyos se
verán correspondidos por cesiones por parte del rey, como por ejemplo, que el
rey no interfiriera en los conflictos entre vasallos y nobles. También prohíbe
que se apliquen torturas a los hidalgos y que los nobles sean encarcelados por
deudas.
Por otra parte, en relación a los judíos, Alfonso XI buscará
la colaboración de este colectivo que se ha consolidado como prestamistas,
gestores y recaudadores de los tributos reales. Esto significa también un
enfrentamiento con las ciudades, pues ya empiezan a aparecer movimientos de
rechazo hacia la actividad de los judíos, considerando que los intereses en los
préstamos son muy superiores a los legales, acarreando problemas de devolución
a la población, especialmente porque la coyuntura económica es negativa en este
momento. Solicitan, por tanto, que se anulen los préstamos y solicitan que se
les perdone la tercera parte de las deudas contraídas y se aplace la devolución
del resto hasta 18 meses sin que suponga un incremento de los intereses.
El rey va a procurar una especie de compromiso muy
relevante, pues los judíos tendrán que olvidar la cuarta parte de las deudas y
el resto se abonará en el plazo de un año. Sin embargo, el monarca mantendrá a
los judíos bajo su protección y continuarán disfrutando de todas las
actividades que venían desarrollando con anterioridad.
6.2.2 Política exterior
Tras vencer la resistencia de los nobles consigue
embarcarlos en la lucha contra los benimerines. Pero no solo manda a la nobleza
castellana si no que cuenta con el apoyo de tropas de portugueses, aragoneses e
inglesas. Como consecuencia, consigue derrotarlos en la Batalla de Salado.
También vence a los granadinos y se impone en los territorios del sur.
En el Norte, ha penetrado la guerra de los Cien Años, que
afecta a la zona del Cantábrico. Los dos contendientes reclaman la
participación de Castilla. En un principio se inclinará hacia Inglaterra porque
buscaba aliarse con la principal potencia marítima del momento.
6.3 PEDRO I
EL CRUEL
Alfonso XI muere le sucede Pedro I el cruel 1350-1369.
Apenas comienza el reinado de Pedro se advierten las primeras tensiones dentro
de la monarquía.
Mientras
tanto, se produce el cambio de Alfonso por Pedro I. Apenas comienza el reinado
de Pedro se advertirán las primeras tensiones en la monarquía. Este será el
origen de los grandes enfrentamientos que llevará al asesinato del rey Pedro I
por su hermanastro.
En la
época de Pedro IV encontramos numerosos aspectos dinámicos. Paralela a la
guerra civil de castilla encontramos en Aragón la “Guerra de los dos Pedros” (1356-1369).
Los
motivos de la guerra entre Pedro I y Pedro IV de Aragón hay que buscarlos en
otros enfrentamientos que mantuvieron Aragón contra Génova por el control del
comercio con el mediterráneo. Génova era aliada de Castilla. La justificación
más inmediata de la guerra es que dos naves aliadas de Génova fueron destruidas
por el almirante catalán en aguas castellanas.
Las dos
órdenes militares fundamentales (Santiago y Calatrava) se independizaba, por un
lado la rama aragonesa y por otro lado la castellana. Lo que se oculta es un
conflicto por control de los territorios del sistema ibérico.
De
alguna manera la marina castellana se había desarrollado mucho. Al entrar en
colaboración con Génova los castellanos disputarán el poder marítimo con los
catalanes.
Desde
el punto de vista interno un aspecto importante es que Castilla aspiraba a
recuperar unos lugares en la frontera con Aragón y también en el Reino de
Valencia. Es el caso de los puertos de Murcia o Alicante.
Este
enfrentamiento tiene distintas fases. Tal y como vimos en la guerra de los Cien
Años, la guerra está interrumpida por diversas treguas. En un primer momento de
la guerra (hacia 1356) hay un predominio castellano. Se debe sobre todo a la
circunstancia de que las finanzas castellanas funcionaban de una manera más
favorable que la corona de Aragón, el rey tenía más centralizado los ingresos
teniendo una mejor situación financiera.
La
guerra empieza a perfilarse no solo como guerra entre los dos pedros sino que
será también guerra civil en los dos territorios que hizo que se aprobase en el
año 1357 la primera tregua, utilizada por Pedro I para solucionar problemas con
sus nobles.
Los
ataques castellanos volverán a iniciar la guerra. Estos ataques no solo llegan
a Aragón o Valencia sino que llegan hasta Cataluña con la victoria en 1360.
A
partir de este momento la intervención de los musulmanes (monarcas nazaríes
[granadinos]) hacen la situación más difícil. Mujaman VI es ajusticiado
produciéndose un nuevo vuelco coincidiendo con la entrada de tropas francesas
en la península. Tropas de mercenarios
pagados por Francia y ayudados por el pontífice.
Enrique
de Trastámara reclama para sí la corona de Castilla y Pedro el Ceremonioso lo
aceptará.
El
cuarto momento de esta guerra son nuevas hostilidades que permiten a Enrique de
Trastámara con el apoyo del monarca catalán avanzar hasta Burgos (¿monasterio
de las huelgas?) haciéndose coronar en 1366 estando todavía Pedro I, por lo que
todavía no es rey.
Desde
1365 la guerra más que entre estados peninsulares, es fundamentalmente una
guerra civil. Al mismo tiempo es una guerra internacionalizada. Junto a Enrique
van a intervenir tropas francesas y aragonesas. Al lado de Pedro I van a
combatir portugueses, ingleses, granadinos o navarros.
Paralelamente
a estas expediciones se está produciendo un conflicto importante. La propaganda
tiene un papel bastante llamativo. Se está iniciando una campaña de
desprestigio contra Pedro el Cruel a favor de Enrique de Trastámara. Las bases
consisten en acusas a Pedro I de ser hijo de un judío. Esto significará que se
le vincule con el grupo étnico religioso más desprestigiado en este momento,
son los enemigos de la fe los que están detrás del rey. Los seguidores reales
estarán mal considerados.
Es una
campaña que oculta una realidad sobre Enrique de Trastámara. Se quita
importancia a que Enrique fuese bastardo.
Otro
aspecto importante de esta propaganda es que comiencen a resaltarse los
crímenes cometidos por Pedro I. Estos actos de injusticia terribles pueden ser
exagerados. En momentos muy anteriores hay asesinatos constantes pero en este
momento conviene que la población juzgue negativamente la actitud tiránica del
monarca.
Esta
propaganda fue eficaz y Pedro I fue abandonado por un número importante de
nobles. Enrique II recuperó el eje fundamental de la Península
(Burgos-Toledo-Sevilla).
Las
consecuencias de la guerra en Aragón fueron bastante duras. Desde una época
bastante temprana (desde 1359) se detectan quejas del endeudamiento provocado
por la necesidad de entregar donativos al monarca, incrementándose los
impuestos. Esto en último término repercute en el aspecto más notable de la
corona de Aragón. Disminuye la actividad comercial. La crisis tiene
repercusiones monetarias, se devaluó el florín de oro en un cuarto
aproximadamente. Este fenómeno significa el aumento de la presión de los
propietarios de la tierra sobre los campesinos y las revueltas campesinales y
de algunos artesanos. Significó también la quiebra de bancos. Tiene unas
repercusiones fundamentales.
A pesar
de esto, Cataluña consiguió mantener la orientación política anterior. La
independencia frente a Francia y a Castilla. Es en esta época cuando se produce
la sesión por parte de los almogávares que habían conquistado Atenas la persona
de Leonor de Sicilia, mujer de Pedro el Ceremonioso. Se produce la
incorporación de Sicilia tras la muerte de Federico el Simple sin heredero
varón.
En
estas condiciones sube al trono Juan I (1387-1396). Este reinado coincide con
el momento en que la crisis alcanza un nivel bastante importante. Las
manifestaciones de esta crisis era el incremento de la rivalidad entre señores
y campesinos. Al mismo tiempo se está produciendo en las ciudades un
enfrentamiento entre artesanos y patricios, interviniendo una serie de
características políticas y enfrentamientos entre la nobleza (varones y
caballeros). Los caballeros encontraran en el rey un aliado importante que
busca encontrar su autoridad.
De
todos estos niveles de enfrentamientos en el campo, en la ciudad se enfrentan
los propietarios de talleres frente a los oficiales.
Esta
influencia de la crisis hizo cambiar la mentalidad de Juan I en su política.
Colaborará con Francia, con el Pontificado de Aviñon.
Es en
su reinado cuando se produce el asaltado en 1391 al barrio judío catalán. Es
quizá una de las muestras más significativas del descontento social generalizado.
Este descontento se plasma en otros movimientos interrumpidos como consecuencia
de la muerte del rey en 1396.
Con la
sucesión de Martín I los consejeros van a ser acusados de ir a favor de los
judíos. Este reinado es relativamente breve (14 años). Coincide con la política
anterior. Es quien da paso a Fernando de Antequera en un proceso muy
complicado.
Algunas
consecuencias de estas guerras en la segunda mitad del siglo XIV en la hacienda
castellana es que debe buscarse la raíz en el reinado de Alfonso X. Se encontró
con grandes dificultades sobre todo cuando pretendió conseguir la corona
imperial. Era un rey legislador y procuró poner en práctica las medidas legales
y sacar también las ventajas económicas (fue el creador del concejo de la
Mesta). También estableció tributos aduaneros por ejemplo en los puertos del
Cantábrico. Se aprovechó de las rentas eclesiásticas, fue el gran impulsor del
diezmo porque él se quedaba con una tercia. Dio un nuevo impulso a esa
fiscalidad monárquica, puso un impuesto con carácter general de las salinas
generalizó las alcabalas que afectaban a todas las operaciones de compra-venta.
Estas son las bases de la fiscalidad que funcionan en la segunda mitad del
siglo XIV, que posibilitan la formación de los ejércitos. Lo más importante es
que bajo Enrique III tiene lugar un desarrollo y una confirmación de muchas de
estas medidas, las alcabalas que hasta el momento era un impuesto
extraordinario se convertirá en una renta ordinaria (hacia 1400). Ya no era
necesario solicitar el asentimiento de las cortes. Se sistematiza el cobro, se
regula mediante cuaderno donde aparecen las condiciones de arrendamiento.
6.4 LOS REINOS HISPÁNICOS EN EL SIGLO XV HASTA
SU UNIÓN
Fernando
de Antequera representa la unión entre Aragón y Cataluña. Es un personaje
casado con Leonor de Alburquerque, es hijo segundo de Juan I de Castilla.
Leonor pertenecía a una de las familias
más importantes de la corona de Castilla. Es un contrapeso muy importante a la
monarquía tanto en Castilla como en Aragón. A la muerte del monarca Enrique
III, el doliente, le sucedería Juan II, niño, y por tanto la regencia la van a
desarrollar en Castilla la viuda Catalina y el propio Fernando. Quien tiene el
poder y el peso militar es Fernando.
Dirigirá
la belicosidad de la nobleza castellana hacia las conquistas en el sur
(Granada), protagonizando en 1410 la conquista de Antequera. Esta le servirá
para incrementar su prestigio militar en Castilla.
Conseguirá
controlar las ciudades Castellanas. En estos momentos se produce el fallecimiento
de Martín el joven en 1410 sin heredero. El propio Martín había apoyado a
algunos parientes, en concreto a Jaime. Pero este no había conseguido el apoyo
de las Cortes; solo las cortes de Cataluña puede reunirse, las de Aragón y
Valencia no consiguen reunir a todos sus representantes.
En 1412
se convoca una comisión de notables que van a proceder a lo que se denomina el
compromiso de castro. Estos notables se caracterizan por una cierta
especialización jurídica. Fundamentalmente estaba formado por letrados y
eclesiásticos. Utilizarán los criterios jurídicos y el testamento de Martín I
propondrán como candidatos a Fernando y a Luis.
Estos
candidatos cuentan con apoyo. Muere el arzobispo de Zaragoza. Al pedir ayuda el
bando de Luis se niega y el de Fernando la presta. Se convertirá, con el apoyo
de Benedicto XIII, como único candidato.
Con el apoyo de las cortes Valencianas se consolida a Fernando como monarca de
Aragón.
Esto no
significa una unión con Castilla. Ni siquiera beneficia a Castilla porque
Fernando tiene que olvidar sus empresas militares. Cuando se enteran los
musulmanes se interrumpe el pago de tributos. Por otro lado se tiene que gastar
mucho dinero procedente de Castilla para afianzarse como monarca aragonés. Solo
beneficia a Castilla porque accede al comercio al comercio que venía realizando
Cataluña y se afianzarán algunos comerciantes castellanos en puertos catalanes.
Fernando
consigue el apoyo de la burguesía. Aragón ve como desaparecen las fronteras
comerciales.
Sin
embargo, Fernando tuvo serias dificultades con las cortes catalanas. En estos
momentos mantenían grabes dificultades con los remensas. Como medida de
reacción ante esta nobleza que se le resistía, Fernando procura apoyar el
estamento de los caballeros. Lo que intenta es crear una segunda nobleza, una
nobleza que sirva de contrapeso a los miembros de la alta nobleza. Sin haber
conseguido estos objetivos muere en 1416.
La
corona de Castilla la hereda de Enrique III, Juan II controlado por Fernando de
Antequera y su madre Catalina. En esta situación y sobre todo desde que
Fernando se vuelca en los problemas catalanes, los infantes de Aragón hijos de
Fernando I y Leonor, van a tener un papel muy importante en Castilla. En el
proyecto de Fernando estaban destinados a ocupar las coronas de Castilla,
Portugal, Navarra y Aragón y el Maestrazgo de las órdenes militares.
Juan y
Enrique van a ser quienes se conviertan de alguna manera en los individuos que
van a controlar la monarquía, en concreto a Juan II. El infante Enrique se apoderó
de Juan II, le exigió el marquesado de Villena y casó con una hermana del
monarca. Esto provoca la reacción del resto de la nobleza, quienes
descontentos, dirigidos por Álvaro de Luna, se aliaron con Juan de Navarra,
derrotaron a Enrique y se repartieron los bienes.
Es el
momento en el que la influencia real pasa a Álvaro de Luna, apoyo fundamental
del monarca. Como consecuencia de disputas internas, Álvaro pierde la confianza
de la reina y es ajusticiado.
Le
sucede Enrique IV en 1454 que tampoco va a conseguir imponerse a los nobles. Se
convierte en un instrumento de las propias disputas de las alianzas que
mantienen los nobles. Estuvo sometido a Juan Pacheco. Para impedir que Juan
Pacheco sea el consejero y dirigente de la política de Enrique IV, reaccionan y
el monarca tiene que canalizar de nuevo, tranquilizar a los nobles, recuperando
el pretexto de la guerra contra granada. Tiene una eficacia poco visible. Se
trata de expediciones de saqueo de los campos. Esta poca visibilidad le
perjudica
Los
nobles y las ciudades no se contentan porque están pagando estas empresas
militares y no les benefician a ellos sino solo a los grupos de caballeros,
algunos miembros nobiliarios, que se habían establecido en algunos territorios
fronterizos.
Enrique
IV aparece de nuevo sometido a los nobles, teniendo que hacer una serie de
concesiones. Nombra como heredero a su hermano Alfonso, confirma el fuero
especial de la nobleza y pierde el control sobre los delitos que cometan los
nobles. Tiene que aceptar el destierro de Beltrán de la Cueva, duque de
Alburquerque. Se produce un ascenso de Juan Pacheco.
En
estas circunstancias se produce la farsa de 1465. El monarca y sus partidarios
reaccionan pero es tardía. Se plasma en 1467 en la victoria de Olmedo. En estas
circunstancias muere el sucesor, Alfonso. Se produce un problema: quién va a
ser el heredero.
En la
entrevista de Guisando de 1468 se acuerda que Enrique acepte a Isabel como
heredera como a cambio de respetar el trono hasta el fallecimiento.
Los
nobles eligen a Alfonso V, rey portugués, para contraer matrimonio con Isabel.
Este rey lejano era una oportunidad para que los nobles mantuviesen el poder.
Juan II monarca de la corona de Aragón propone a su propio hijo Fernando.
Considera que esto significaría quitarse un adversario recuperando su política
mediterránea. Isabel en 1469 acepta a Fernando y como consecuencia de esto los
nobles que habían apoyado a Alfonso V van a apoyar a la Juana, hija de Enrique
IV, procurando que el matrimonio de Juana con Alfonso V de lugar a la guerra
civil. Por un lado Juana y el rey de Portugal con las tropas portuguesas,
mientras que Isabel y Fernando van a conseguir consolidarse sobre todo por el
apoyo papal del valenciano Alejandro VI (Rodrigo de Borgia) y el apoyo de Juan
II de Aragón.
Este
período se caracteriza por una serie de dificultades. Levantamientos de los
“hermanados” gallegos que actuando de manera violenta consiguen el poder de
manera importante. Los reinados de Juan II y Enrique IV de castilla son
situaciones difíciles para controlar a los nobles que usurparán territorios.
A
Fernando de Antequera le sucede Alfonso el Magnánimo, caracterizado por la
expansión mediterránea en la que mantiene dificultades con las propias cortes.
A pesar de ello se le declara heredero, consejero y virrey de Nápoles.
La
actividad de Alfonso consiguió que después de la batalla naval de Onza un pacto
con Milán en el que la mitad norte de Italia estaba bajo influencia de Milán y
la mitad sur con centro en Nápoles estaba sometida a Alfonso V. Se estableció
en Nápoles.
Los
turcos están avanzando de una manera importantísima por el sureste de Europa. A
mediados del XV cayó la propia Constantinopla.
Alfonso tuvo que negociar el poyo con determinadas autoridades
balcánicas que llegaban a ser peligrosos para estos territorios.
En el
plano interior Alfonso apoyó el movimiento de los remensas. No solo de los
campesinos sino también de los menestrales. Al morir Alfonso le sucede Juan II
de Aragón.
Hereda
el trono con las mismas dificultades de su hermano. Enfrentado con la nobleza y
la biga (grupos más poderosos de la nobleza). Este enfrentamiento acaba en una
guerra civil porque ambos grupos pretendían el gobierno municipal de Barcelona. Esta guerra civil lastra el reinado de Juan
II acaba en 1472 con la capitulación de Pedralbes.
Esta es
la herencia que va a recibir en 1472 Fernando II el Católico. Se va a encontrar
con el grave problema de los campesinos sometido todavía a los tributos.
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