2.1
LA CRISIS EN LA CORONA DE ARAGÓN Y EN CASTILLA SIGLOS XIV Y XV
También
en los territorios de la Península existió una crisis con un contenido
paralelo, no siempre coincidente. Esa crisis presenta diversas manifestaciones
y siempre conviene que tengamos claro que la crisis no es la Peste sino algo
más amplio. Existe una crisis política con distintos elementos como es el caso
de las minorías en las primeras décadas del siglo XIV. Desde el punto de vista
económico, existen distintos períodos de hambre; hay crisis social, relacionada
por supuesto con los problemas económicos, pero también con la pobreza,
apareciendo fenómenos de bandolerismo…etc.
2.1.1
Corona de Aragón
La
crisis demográfica es mucho más compleja que la Peste Negra. En Cataluña se
identifica el inicio de la crisis con la llegada de tres de los clásicos
jinetes del Apocalipsis: hambre, guerra y peste. En 1333 una situación muy
grave de carestía de cereales puso de moda la expresión mal any primer
o primer año malo, esto significa
que no solo hubo un año malo, sino que fue el comienzo de una secuencia de
dificultades. Las hambrunas y estos años
malos repercuten en la biología y en las defensas de los individuos. La
inestabilidad social, acontecimientos militares como la guerra de los Dos
Pedros, las repercusiones de la crisis contra determinados grupos
marginales…agravaron la situación demográfica. Además, este ciclo ha llegado
incluso a ser atribuido a un auténtico empeoramiento climático -pequeña edad
glaciar- la cual cerraría un gran periodo de bonanza durante el cual se había
producido la expansión.
La
Peste Negra también tuvo una incidencia notable, más y mejor conocida en la
Corona de Aragón y en Navarra que en Castilla. En el Reino de Aragón queda
constancia de las repercusiones de la Peste Negra en las comunidades cristiana,
musulmanas y también en las comunidades judías (Zaragoza y Huesca), señalando
el año de mayor mortandad en 1348. La Peste no solo desorganizó el sistema
social y económico, sino que produjo evidentes modificaciones en los
planteamientos ideológicos y en la visión del mundo de los coetáneos. Es el
caso de la extensión del miedo a la muerte o la proliferación de
comportamientos religiosos penitenciales; ante el gran castigo hacía falta
buscar culpables: judíos, prostitutas...La población achacó la culpa a los
judíos, pensaban que intentaban perjudicar al resto de la población. Comenzarán
por tanto las persecuciones de los judíos (mes de mayo de 1348 fue asaltada la
judería de Barcelona). Los ataques a los judíos venían a significar una
violación a la autoridad real ya que eran los principales prestamistas de la
monarquía.
En
Cataluña -y en general en la Corona de Aragón- se detecta una mortandad tan importante que vino
a significar el fallecimiento de la mitad de la población y, como consecuencia
de esta mortandad, se despoblaron determinadas zonas rurales y los salarios se
dispararon. La disminución del número de habitantes de las zonas rurales
significó además la redistribución de la población superviviente, que
abandonaron aldeas y masías.
También
tenemos repercusiones muy detalladas de la incidencia de la peste entre los
funcionarios públicos (médicos y curas, alcanzando la tasa de mortalidad al
50%). En Mallorca parece que en líneas generales, las repercusiones de la Peste
fueron similares a las de Cataluña. En estos momentos, Mallorca estaba
amenazada por los piratas y los Merimerines[1], y
con la peste fallecieron muchas personalidades importantes del gobierno, por lo
que se vería gravemente afectada.
2.1.2
Corona de Castilla
En la
Corona de Castilla, la Peste estaba ya presente en el año 1348. Si existen
algunas dudas en las fechas de llegada existen también dudas en los caminos de
transmisión. Es posible documentarla en Galicia en 1348 y en el Puerto de
Bayona. También se detecta en Burgos, Palencia y Santiago de Compostela. Las
vías de comunicación eran fundamentalmente marítimas, pero el Camino de
Santiago fue un punto fundamental para esta transmisión. El valle del Ebro
puede ser una posible ruta. También existen contactos desde el sur y desde el
oeste. Hay una gran cantidad de informaciones que indican que todas estas vías
fueron transmisoras. A mediados del año 1349, toda la Península estaba afectada
y lo seguirá estando hasta el año 1350 (año de la muerte del rey Alfonso XI).
Hay que
decir que estas repercusiones las conocemos de manera indirecta pues los datos
tienen unas características peculiares: son escasos, poco significativos y casi
siempre exagerados. El interés de la persona que transmite los datos por
impresionar a las autoridades solía aumentar los mismos, a pesar de que no
fueran tantos. La mayoría de los datos proceden del ámbito urbano cuando la
mayoría de la población en estas fechas se encontraba en el ámbito rural. La
opinión generalizada es que incidió de forma más reducida que en la Corona de
Aragón.
En
líneas generales, la tendencia de comportamiento de la población indica que
mantuvo un crecimiento hasta comienzos del siglo XIV .En las décadas anteriores
a la peste, este crecimiento se habría paralizado comenzando su disminución
tras haber agotado el modelo de crecimiento expansivo de una sociedad
fundamentalmente rural. Finalmente, entre los años 1348-1350 disminuye
notablemente la población a causa de la epidemia.
-
En el caso concreto de Navarra, durante un período relativamente
reducido (1330-1350) perdieron la mitad de la población, aproximadamente. Este
es el caso de Tudela. La crisis se dejó ver principalmente en los hidalgos.
Esto quiere decir que estos problemas repercutieron en una población abundante,
pues los hidalgos no eran los más humildes de la sociedad, en líneas generales
representaban a la clase media.
-
En la zona de Pamplona no se observaron estos problemas. La
explicación puede ser que la ciudad atrajo población.
-
En Castilla hay un fenómeno importantísimo que dificulta las
estimaciones. Todavía a estas alturas, se estaba produciendo un traslado y una
recolocación de la población, sobre todo por la necesidad de repoblar los
territorios reconquistados un siglo antes (Andalucía). La recuperación de la
población en Castilla parece que se inició en las primeras décadas del siglo XV
con un crecimiento débil, basado en el mundo rural. En los años 1420 y 1430
parece haber aumentado este crecimiento tanto en los territorios del norte y
del sur y no tanto en los territorios centrales. Aproximadamente, en toda la
Corona de Castilla, en el año 1300, época de plenitud, había 3 millones de
personas. En 1400, época de crisis, se reduciría a 2´5 millones y en 1500,
época de recuperación, 4 millones.
-
En el obispado de Palencia, en los años centrales del siglo XIV,
desaparecieron un total de 88 aldeas, 20% del total. En Navarra, por estas
fechas, desaparecieron unos 390 poblados, es decir, 1/3 de las aldeas de todo
el Reino de Navarra. En el resto de los territorios de Castilla, la situación
es menos conocida y por tanto más incierta. En Andalucía retrocede el espacio
cultivado, desaparecieron poblados, proceso que se repite tras los años de
pestilencia. Lo más probable es que se haya producido una repoblación dependiendo
de las circunstancias. Las personas establecidas en Andalucía, venían de otro
medio natural y de otros cultivos, por lo que les costaría un tiempo adaptarse.
Como
conclusión, podemos decir que ha habido importantes movimientos. Una adaptación
de la población a nuevas necesidades. La población aprovecho estas nuevas
circunstancias para adaptarse a las mejores condiciones. Van buscando las zonas
más fértiles abandonando las más áridas. En cierta medida, la población se
traslada a las zonas de valle o zonas con más recursos naturales desde las
zonas de montañas. Esto sucede por iniciativa privada y también en otros cas,
se hace por una política desarrollada por las familias nobiliarias que ofrecen
condiciones especiales para que se asienten más campesinos (tierras, mejores
condiciones, menos obligaciones feudales, les conceden tanto beneficios
fiscales como beneficios monetarios,…). Parece que las decisiones fueron
bastante positivas y que en estos momentos comienza a estructurarse un paisaje
que va a ser bastante peculiar y duradero en estos territorios. Un paisaje
organizado en torno al poblado, en el cual podemos observar una sucesión de
círculos.
-
En estos círculos la primera fase es la de los ejidos[2].
-
Un poquito más alejado estarían las huertas. Mientras que el ejido era
público las huertas eran de titularidad privada, tenían poca superficie y un
aprovechamiento intensivo, destinada a frutales y hortalizas.
-
El tercer nivel, estaría formado por las tierras de labor, tanto de
titularidad pública o privada, aunque lo normal es que se vayan privatizando,
dedicándose a la siembra de cereales.
-
Después encontramos las dehesas, diferente a los ejidos porque
empiezan a especializarse, hay dehesas de bueyes, de caballos, de
novillos…Además, mientras que el ejido era de entrada libre, las dehesas tienen una serie de restricciones
(“No pueden llevarse animales desde el día de carnestolendas (carnavales)
hasta el día de San Juan”.)
-
Finalmente encontramos los montes, los extremos y los baldíos, son las
zonas más alejadas, con un aprovechamiento más circunstancial, pero de mucha
importancia. Desde el otoño hasta la primavera existe una serie de
aprovechamiento de estos bosques, como es el caso de las castañas, las bellotas,
la caza, leña, poda de árboles utilizado para alimento del ganado,… todo un
ciclo, toda una organización.
2.2
LA CRISIS EN EL CAMPO Y LA EXPANSIÓN GANADERA: LA MESTA
Es en
este momento en el que surge el fenómeno de la Mesta u Honrado
Concejo de la Mesta de Pastores. La fijación corresponde a
Alfonso X en la segunda mitad del siglo XIII, aunque fue desarrollado por
Alfonso XI y por los Reyes Católicos. La Mesta significó una revolución que
transformó la economía de la sociedad y que supone el gran despliegue de la
actividad ganadera del siglo XV.
La
ganadería se ve favorecida por la ampliación de la zona de pastizal y la
recuperación de zonas boscosas y baldías. También por el incremento de la
demanda de lana desde otros territorios europeos (gran comercio de la lana
desde los puertos del cantábrico hasta Flandes).
Se
fijan una serie de instituciones: las Mestas, conjunto de pastores que decidían
las zonas de pastoreo y el ajuste de las Cañadas Reales (leonesa, segoviana,
manchega), la anchura determinada...etc. Estaban gobernadas por alcaldes de
mesta o de cuadrilla y auxiliados por procuradores, que garantizaban el
cumplimiento de los acuerdos. A un nivel
inferior de las cañadas estaban los cordeles, aproximadamente la mitad de
anchos que las cañadas y por debajo de éstos las veredas.
Muchos
de los Concejos establecieron acuerdos con otros Concejos próximos para
aprovechar conjuntamente los territorios de otras poblaciones, es decir, son
acuerdos para una mejor organización de los pastos.
Por el
sistema de la Mesta y el de los Ganados Estantes o Riberiegos, la ganadería se
incrementó notablemente en esta época.
Hay
estimaciones de esos ganados trashumantes sobre todo en el paso del Sistema
Central y, de acuerdo con ellos, a comienzos del XIV habría 1 millón y medio de
cabezas de ganado lanar.
La
explotación ganadera en torno a la Mesta favorecía a colectivos sociales
amplios pero sobre todo a los poderosos: Familias de nobles, grandes
monasterios...etc. Éstos poseían rebaños enormes. También podía beneficiar a
cierto tipo de campesino medio de condición acomodada, sobre todo a aquellos
que tenían determinadas superficies que alquilaban a la explotación ganadera.
Por otro lado, la población que se empleaba en el trasporte del rebaño también
se beneficiaba de la Mesta.
Existieron
también conflictos entre ganaderos y agricultores. Los rebaños tenían que
beber, comer...y a pesar de que hubiera lugares reservados para que éstos
descansen y pasasen las noches, se producían pleitos al no limitarse únicamente
a dichas zonas marcadas. Sin embargo existió un beneficio mutuo y una relación
equilibrada a pesar de los posibles pleitos.
2.3
PROBLEMAS MONETARIOS
En
Castilla escaseaban los metales preciosos por tres motivos fundamentales:
-
No había una extracción relevante en el territorio.
-
Los reinos se habían beneficiado demasiado tiempo del dinero que se
exigía a los musulmanes en los pactos que aseguraban una estabilidad entre los
marcos político-militares. Cobraban rentas por la paz, las “parias”. Cada vez
más, los reinos musulmanes, sobre todo los nazaríes de Granada, tenían menos
disponibilidad económica y las parias se reducen notablemente.
-
La balanza comercial de Castilla con Occidente, sobre todo con los
Países Bajos, Inglaterra...etc. era deficitaria.
Se
procedió a una exportación indiscriminada de productos. La monarquía tuvo que
tomar ciertas medidas para controlarla:
-
Leyes anti lujo → que limitaban la utilización de vestidos caros a determinados grupos
sociales como forma de impedir que saliera dinero de Castilla.
-
Legislación tendente a limitar la exportación de productos estratégicos: los de
carácter militar y en concreto los caballos, que se exportaban con gran
facilidad. Así se limitaba también la calidad de noble.
-
Para agilizar la movilidad del dinero se compraron metales preciosos y
así compensar la escasez de monedas. El precio tenía que ser adecuado porque si
no los particulares o instituciones podían superar la cantidad que ofreciera la
monarquía. Alfonso XI vende los derechos de acuñación (competencia de la
Corona), a los prestamistas judíos. Esta medida solucionó el problema en un
plazo muy corto, pues esa entrega significaba que los judíos iban a cuñar pero
incrementando los intereses.
2.4
LA RECUPERACIÓN ECONÓMICA EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XV
En
torno a 1420-1430 la población se recuperaba llegando a ser similar a los
tiempos previos a la crisis. Hay estimaciones que podemos fijarlas a finales
del siglo XV, anteriores a la incorporación del Reino de Granada (1480-1490).
Alonso de Quintanilla elaboró un censo del territorio de Castilla, en los que
se establece millón y medio de hogares, esto significaría bastante población.
Si aplicamos el coeficiente multiplicador serían aproximadamente unos 6
millones.
Tenemos
también datos de la población de la Corona de Aragón. En todos los territorios
la población no llegaría al millón. Los dos territorios más habitados, serían
Cataluña y Valencia, tendían en torno a 300 mil habitantes, teniendo en
conjunto 600 mil. Aragón tendría entorno a los 250 mil habitantes y las
Baleares entorno a los 80 mil.
La
superficie que correspondería a cada uno de los territorios sería: a la Corona
de Castilla unos 350.000 km2 y a la Corona de Aragón 110.000 km2.
A
partir de 1492, con la incorporación del Reino de Granada, la población de
castilla se incrementaría en torno a 500.000 mil musulmanes más, pero es un
fenómeno muy transitorio. A partir de entonces, comienza una sangría clara de
musulmanes, trasladándose fundamentalmente al norte de África. Seguidamente,
abandonarían los Reinos unos 150.000 judíos que no aceptaron la conversión.
Seguidamente, se da una sangría al “Nuevo Mundo” que todavía no será relevante,
ya que está en período de colonización.
Castilla
y Aragón se convirtieron en una zona atractiva para determinadas personas del
norte de Europa, tanto para francos, borgoñones, gentes de Flandes, italianos…
De estos territorios vienen numerosos artistas, son un grupo visible que tendrá
su influencia en la cultura castellana de la época. En los grandes archivos de
Simancas o de la Chartillería aparecen numerosos contratos con estas personas.
Se da también una migración interna, de norte a sur, aunque esto no tenga
grandes repercusiones demográficas.
En
estos momentos, la población más desecada a finales del siglo XV sería
Valencia, donde se estima que en 1483, Valencia constaría con aproximadamente
60.000 habitantes. Le seguiría Barcelona, pero esta no tendría más de 30.000
habitantes a causa de numerosas crisis. En la Corona de Castilla ninguna
población llegaba a los niveles de Valencia. En la Corona de Aragón,
seguirían teniendo cierta importancia
Palma y Zaragoza, estando próximas a los 20.000 habitantes. En la Corona de
Castilla, se situarían entorno a los 18.000-20.000 habitantes, Toledo, Granada,
Valladolid, Salamanca.
2.5
DESPEGUE COMERCIAL Y MANUFACTURERO
Con
respecto a la actividad artesanal, tenemos por un lado el trabajo, por otro el
capital y finalmente las materias primas. En el siglo XV crece la mano de obra,
crece también (quizá incluso haya crecido anteriormente) el capital y también,
poco a poco, van creciendo las materias primas a pesar de la existencia de
conflictos entre ciertos grupos con intereses exportadores y los intereses de
los consumidores. En todo caso, parece que hay una cierta adaptación en este
campo y cada vez existe una mayor desviación de la materia prima hacia la
industria local. Está clarísimo que la monarquía cobraba ciertas cantidades por
la exportación de la lana, al igual que muchos productores, pues se daban
cuenta de que se exportaba la materia prima de forma muy económica y
posteriormente se importaban los paños ya realizados desde los países Bajos e
Inglaterra a un alto coste.
Por
esto, en Andalucía y en la Meseta Sur, se instaurará una industria textil. No
solo se elaboraban paños de baja calidad, sino que progresivamente, se iban
elaborando artículos de mejor calidad y artículos de lujo, llegándose a
desarrollar la sedería. De esta manera, llegará a escasear la lana, llegando a
unos conflictos entre los productores de lana para los países europeos con los
industriales del interior.
Estos
productos textiles de la Meseta Norte (Cuenca, Segovia, Ávila) irían destinados
a las ferias de Medina del Campo, Villalón y Alcalá. Los paños baratos,
fabricados en Zamora, Palencia o Valladolid, tienen salida hacia Portugal. Una
parte de la producción del sur, se centraliza luego en Sevilla.
Comienza
a tener importancia la industria siderometalúrgica y la industria de
construcción naval. Localizada en los territorios de Vizcaya y Guipúzcoa. Donde
contarán con los bienes naturales necesarios. En determinadas poblaciones como
Galicia se encontrarán también estas industrias pero serán menos importantes.
Esta industria de los metales tiene que reconducirse de alguna manera en estos
momentos; en cuanto que se consume menos en armas y tienen que orientarse a los
aperos de labranza de manera que esto significa también un incremento de la
producción en otros sectores. Se ha estimado que el crecimiento de la producción
del hierro duplicándose desde la primera mitad del siglo XV, pasando incluso de
4.000 toneladas a unas 10.000 toneladas a finales de siglo. Se exportará hierro
a Inglaterra, triplicándose en la
segunda mitad del siglo XV.
La
actividad mercantil se intensifica de manera clara. El comercio terrestre en
Castilla se intensifica, quizá apoyado y favorecido por todo el movimiento y
rutas de la Mesta. Junto con los ganados o también de manera independiente se
movían carreteros, recueros o muleros que eran los protagonistas de estas
actividades. Esta serie de camino terrestre contaba con el apoyo de una serie
de rutas fluviales, el curso de los principales ríos que recorrían el
territorio con pequeñas embarcaciones. También se contaba con el apoyo de la navegación
de cabotaje. La gran ruta irá de norte a sur (Ruta de la Plata) que desplazan
elementos desde los puertos del Cantábrico hasta Sevilla, repartiéndolo por
todo el territorio interior. Los productos más destacados serían quizá los
hierros, la sal, la cera y el cebo, entre otros. Algunas ordenanzas nos señalan
cuales eran los productos más importantes que se vendían en ferias como es el
caso de las de Medina del Campo.
2.6
EL DESARROLLO DEL COMERCIO EN CASTILLA Y CATALUÑA DURANTE EL SIGLO XV
2.6.1
Corona de Castilla
En
estos momentos, quizá lo más notable en cuanto al comercio marítimo sea el
dominio de los puertos del Atlántico frente a los Mediterráneos, posibilitando
los descubrimientos posteriores. Probablemente, el desarrollo del polo del
norte, formado por Santander y Bilbao y el polo del sur, tomado por Sevilla, va
a funcionar de manera complementaria; En segundo lugar, se utilizarán buques
mayores; En tercer lugar, el polo del sur cuenta con importantes materias
primas y una aristocracia deseosa de productos de lujo. En el norte, los
puertos del Cantábrico van a desarrollar una actividad centralizadora con el
capital de los mercaderes de Burgos. Los mercaderes y los marinos del norte,
van a desarrollar actividades importantes en el Mediterráneo, llegando incluso
a Génova.
2.6.2
Corona de Aragón
La
crisis bajomedieval provocó paralizaciones puntuales en momentos de peste o
guerra dentro del mundo comercial pero al poco volvían a retomarse las
actividades con agilidad. Sin embargo, se produjeron una serie de
transformaciones:
-
Cambio en los productos comercializados → diversificación de productos
agropecuarios y artesanales de menor valor y mayor volumen.
-
Mallorca y Valencia como eje de la actividad comercial junto con Barcelona → triángulo que vertebra el
comercio mediterráneo.
Se ha
hablado de una cierta decadencia de la ciudad de Barcelona en el siglo XV tras
el cambio que se produjo en la situación política del Mediterráneo, convertido
en un mar más inseguro con graves problemas de piratería y en el cual las
guerras hacían inseguras las rutas tradicionales.
De forma paralela, primero en Barcelona y después también en Valencia y
Mallorca, durante las décadas finales del siglo XIII se crearon los tribunales
del Consolat de Mar, tribunal especial formado por los propios mercaderes de
cada ciudad, al margen de la autoridad real o nobiliar con competencias plenas
sobre el derecho mercantil y marítimo. Las Lonjas eran las edificaciones más
significativas al igual que los famosos Llibres del Consolat de Mar, donde se
recogía el derecho marítimo.
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