1-
Visión teórica de la tiranía: problemas historiográficos
Desde la 2ª ½ del siglo VII a.C. aproximadamente se
imponen poderes autocráticos en las ciudades más avanzadas del conjunto griego
y se mantienen en el poder durante más o menos dos generaciones. Se trata de un
fenómeno ampliamente difundido, pero de carácter efímero. Además no afectó a todo el mundo griego:
se libraron algunas zonas con una fuerte organización tribal, como Arcadia y
Grecia central; con terratenientes muy potentes, por ejemplo Esparta, Beocia o
Tesalia; y también la isla de Egina.
El término “tirano” (Týrannos) tiene un término en origen neutral que no implica
un prejuicio sobre las cualidades del gobernante. Únicamente indica a una
persona que se adueña del poder y lo mantiene sin autoridad legítima.
Tenemos muchos problemas con las fuentes relativas a este periodo
puesto que hay escasos testimonios de los contemporáneos y los que se conservan
pertenecen a sus adversarios, por lo tanto no son objetivos y el resto de los
documentos acerca de las tiranías son del siglo V a.C. y posteriores por lo que
ofrecen una visión distorsionada de la realidad, ya que los autores de dichos
documentos observan la tiranía desde el punto de vista de las nuevas
concepciones políticas y morales de esos siglos.
Los motivos de esta distorsión de los documentos posteriores, según
Osborne, son que el hacho de sucumbir a la tiranía suponía una deshonra tato
para la oligarquía, porque significaba la insolencia de uno de sus miembros,
como para el pueblo, que se siente culpable de no valorar sus derechos. Esta es
la razón de pintar a tiranos con tintes sombríos, cuando en realidad algunos
gobernaron con benevolencia.
Esto supuso una amplia aplicación del término: se denominaba tirano (en
periodos posteriores de las tiranías arcaicas) a las personas que se adueñan
violentamente del poder, a gobernantes legales pero poder autocrático (como
Filipo o Alejandro Magno) y a ciudades que imponen su poder a otras (como Atenas
y Esparta).
Para los demócratas posteriores es conveniente contar anécdotas sobre
tiranos arcaicos (sobre ilegitimidad, injusticias, arrogancia en el uso del
poder etc.). Por estas razones es difícil saber porqué triunfaron y definir las
características de su gobierno.
De estas tiranías habla, por ejemplo, Aristóteles
(siglo V a.C.) en Política, 1310b: “El tirano sale del pueblo y de la masa
contra los elementos destacados para evitar que el pueblo sufra injusticia por
parte de ellos. Esto se pone de manifiesto en lo ocurrido, porque prácticamente
la mayor parte de los tiranos han nacido, por así decirlo, de demagogos que
habían obtenido la confianza (del pueblo) por sus ataques a la clase superior.
En efecto, entre las tiranías unas se establecieron de ese modo cuando ya las
ciudades habían crecido; otras, anteriores a ésas, surgieron de reyes que
transgredían las normas tradicionales y tendían a un mando más despótico;
otras, de candidatos elegidos para las magistraturas principales [...] Todas estas variedades tenían posibilidad de imponerse fácilmente sólo
con que decidieran hacerlo, ya que contaban previamente con la fuerza
necesaria, unas las del poder real y las otras la de la magistratura en
cuestión. Así, Fidón de Argos y otros tiranos se constituyeron en tales siendo
reyes; los de Jonia a partir de las magistraturas; Cípselo en Corinto,
Pisístrato en
Atenas [...] a partir de la demagogia”.
1.1. Los tiranos
Los tiranos pertenecen a la aristocracia, por lo que su origen les permitía
acceder al cargo real o a las magistraturas. Ellos buscan conseguir prestigio
ante el pueblo distinguiéndose militarmente o representando los intereses del dêmos.
Actúan contra la aristocracia presentándose como un jefe popular hostil. Por lo
general es fácil mantener el poder para el primer tirano, pero los siguientes tiene
que recurrir normalmente a la violencia para conservar el poder.
Constituyen un Poder inconstitucional y un gobierno fuera de la ley,
contrario a la monarquía. Según Finley: “…a pesar de estar por encima de la
ley y la constitución, los tiranos vigorizaron la pólis y sus instituciones,
contribuyendo a elevar al dêmos, o sea, al pueblo en general, a un nivel de
conciencia política, lo que condujo, en algunos estados, a la democracia”.
La tiranía no es el
paso intermedio entre aristocracia y democracia y normalmente es reemplazada
por regímenes oligárquicos con una frecuente ampliación del cuerpo cívico.
Existe una relación entre la tiranía y el enriquecimiento de la pólis
(gracias al aumento del poder naval). “Al hacerse Grecia más poderosa y adquirir
más riquezas que antes surgieron en general tiranías en las ciudades (antes
había monarquías hereditarias con atribuciones limitadas) y los griegos
comenzaron a equipar escuadras y a ocuparse del mar con mayor empeño” (Tucídides 1.13.1). Surge en las ciudades más avanzadas y genera
periodos de esplendor.
La tiranía casi
constituye la situación social de la Grecia Arcaica y están asociadas al
desequilibrio generado por la consolidación de la pólis. Son vistas actualmente
como un intento de solución interna a los problemas de la pólis.
Los tiranos se convierten en líderes del dêmos en general, de
los ciudadanos enriquecidos (dominando así el comercio) y de los hoplitas .
Sin embargo hay que Evitar generalizaciones, ya que hubo diversidad de
experiencias.
2-
Expansión geográfica de las tiranías
2.1. Las tiranías del noreste del Peloponeso
y del istmo de Corinto: Argos, Corinto, Sición y Megara
2.1.1. Los Cipsélidas de Corinto
Se trata de la tiranía mejor conocida y quizás la más antigua. Se suceden: Cípselo (659 a.C.), Periandro y Psamético
o Cípselo. Durante estas tiranías se produce una relación entre tiranía y
desarrollo de la pólis. Corinto
se encuentra en una zona estratégica, con posibilidad de comercio terrestre
norte – sur y marítimo este – oeste. Desde
la 2ª ½ del siglo VIII a.C. se difunde su cerámica de calidad. Tiene una importante
expansión colonial. La situación se produce cuando Cípselo se levanta contra
los Baquíadas e impone la tiranía.
En el año 664 a.C. se produce la batalla naval de Corinto y Corcira,
que ocasiona la pérdida de la ruta comercial del oeste. También se dan luchas
con Megara por el control del Istmo y Argos refuerza su posición. Todo esto unido a la stásis (periodo de crisis) interna
produce la caída de los Baquíadas.
La actuación de Cípselo fue la siguiente: no se modificó
el sistema político, sólo se transformó la realeza nominal en poder autoritario
(a costa de los áristoi).
Se confiscaron las tierras de los Baquíadas y, es posible, que se redistribuyeran.
Se cree que pudo haber una instauración de la eisphora, un
impuesto directo del 10%, que sería un factor importante en el paso de sociedad
clánica (organizada en clanes) a la estatal. Se empieza a financiar también la
política colonial y las grandes construcciones (en esta época se crea el templo
dórico).
También se acuñan las primeras monedas
Con Periandro se Activa
política exterior. Se tabla amistad con Trasíbulo, tirano de Mileto, permitiendo el comercio con
el Mediterráneo oriental. Se crean relaciones con Lidia y Egipto y amistad con
Atenas (rival de Egina). Con Periandro se toman también medidas contra los
ricos (prohibe ostentaciones, compra de esclavos etc.).
Aristóteles le atribuye las argucias típicas
del tirano para conservar el poder (soborno, terror, política represiva, guardia
personal etc.), mientras que Heródoto le acusa del asesinato
de su mujer, prácticas necromántica, venta de jóvenes de Corcira castrados para
el rey de Lidia etc. Estas acusaciones ayudaron a ver la figura del tirano como
una persona al margen de la ley y sin moderación en el ejercicio del poder.
Después de Periandro le siguió Psamético que fue asesinado y se
sustituyó la tiranía por una oligarquía de ricos, isokratia según Heródoto, que vincula poder político
a capacidad económica.
Heródoto (5.92) dirá
lo siguiente de la tiranía de Corinto: “el régimen político que tenían los
corintios era una oligarquía, cuyos integrantes, llamados Baquíadas, gobernaban
la ciudad y concertaban los matrimonios de sus hijas, y los suyos propios, en
el ámbito de su familia. Pues bien, Anfión, que era un miembro de dicho clan,
tuvo una hija coja, cuyo nombre era Labda. Como ningún Baquíada quería casarse
con ella, la desposó Eetión [...] se fue a Delfos para preguntar si tendría
descendencia. Y, nada más entrar en el templo, la Pitia se dirigió a él con los
siguientes versos: “[...]Labda está encinta y parirá un peñasco, que caerá sobre los déspotas y
hará justicia en Corinto”[...] en cuanto su mujer dio a luz (los Baquíadas) enviaron a diez de los suyos
para que mataran a la criatura[...] por un milagroso azar el niño sonrió al sujeto
que lo había cogido y, al percatarse de ello, un sentimiento de piedad le
impidió matarlo [...](Labda) se lo llevó, ocultándolo en el escondrijo que, a su juicio,
era el más inverosímil, en una jarra [...] con el paso del tiempo, el hijo de Eetión
fue creciendo; y, como había escapado al citado peligro gracias a la jarra,
para llamarlo se le impuso el nombre de Cípselo[...] se lanzó sobre Corinto y se
apoderó de la ciudad [...] una vez erigido en tirano […] desterró a muchos corintios, a otros
muchos los privó de sus bienes, y a un número sensiblemente superior de la vida”
2.2. Las tiranías de la Grecia
asiática y de las islas: Mileto, Mitilene, Samos y Naxos
2.2.1. El caso de Mileto
La ciudad próspera con
la tiranía: se produce una expansión colonial y un desarrollo cultural. Surge con
Trasíbulo a finales del siglo VII a.C. (se desconoce su cariz). Estuvo apoyado por génē
aristocráticos contra los lidios.
A principios del siglo
VI a.C., Aristágoras contó con el apoyo persa para mantener al pueblo bajo
control.
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