miércoles, 6 de junio de 2012

La Edad del Bronce en el Egeo: Micenas y la aparición del Estado en la Grecia continental


1-     Introducción: delimitación cronológica y terminológica
La civilización micénica se desarrolla durante el Heládico Reciente (siglos XVI-XII a.C.). El centro más destacado será Micenas, pero los diferentes estados no estaban sometidos a ella. Según Finley, se puede hablar de civilización micénica por la uniformidad de restos arqueológicos. Los rasgos principales de la cultura micénica son la influencia minoica, de la que toman la cultura material y modos de vida: estructura palacial como vertebración de la sociedad, condición de marinos y actividad comercial en el exterior y aspectos culturales (escritura) y religiosos. También es un rasgo fundamental el militarismo,  que queda patente con los descubrimientos de ajuares guerreros, carros de guerra, palacios con inmensas fortificaciones (al final del periodo) y temas guerreros destacados en la iconografía.
Durante el HR III A, B y C (1400 – 1100 a.C.) se da el mayor desarrollo de la “estructura palacial” micénica. También en la misma época (CR III = HR III A, B y C) se implanta en Creta y en las islas del Egeo el llamado “micenismo”.
2-      El proceso de jerarquización social y la aparición de las primeras dinastías gobernantes a través de los enterramientos
La aparición de jerarquización y dinastías en la cultura micénica se manifiesta con el descubrimiento de las tumbas de fosa de los Círculos A (s. XVI, HR I) y B de Micenas (HM III). En estas fosas se han encontrado rucos ajuares que demuestran la existencia de una formación de linajes privilegiados. Además, posteriormente a estas tumbas de fosa (HR I), van surgiendo los tholoi (cámara circular con falsa bóveda apuntada precedida de corredor), propios del HR III, donde queda clara la aparición de nuevas dinastías, puesto que se encuentran enterramientos sucesivos en varias generaciones.
3-      El HR III y la estructura palacial micénica
3.1. La organización socio-política
La cultura micénica tiene su centro en Argólide (zona donde se encuentran Micenas y Tirinto). Otros palacios importantes estarían en Pilo (Mesenia), Tebas (Beocia), Cnosos (Creta), y, posiblemente en Atenas, en el Ática.
Durante el HR III se produce el máximo desarrollo de los palacios micénicos, que contaban con una complicada planta, ámbitos nobles y de servicios y un mégaron, que tenía funciones ceremoniales. La mayoría de estos conjuntos palaciales, como Micenas y Corinto, estaban fortificados, aunque algunos, como es el caso de Pilo, no lo estaban.
Los palacios, que eran de propiedad privada (KI-TI-ME-NA o telestai), más las comunidades aldeanas, que constituían la tierra común (KE-KE-ME-NA), formaban una especie de principados independientes, lo que podría suponer que se pudieran formar ligas frente a los enemigos comunes y la hegemonía de Micenas, aunque no hay pruebas que lo demuestren.
Esta sociedad estaba marcada por un poder monárquico fuerte, muy diferente de cómo se configurará la Grecia posterior. El señor supremo del palacio recibía el nombre de WA-NA-KA y ostentaba las funciones económicas, administrativas, sacerdotales y, posiblemente, las militares. Es posible que fuese una figura de carácter divino o una especie de sumo sacerdote.
La segunda persona más importante era el RA-WA-KE-TA o lawagéta, cuyas funciones podrían ser las de representante del rey o jefe del ejército, aunque no estamos muy seguros. Ambos personajes poseían un dominio territorial propio llamado TE-ME-NO.
Se sabe que también existían otros nobles con funciones delegadas pero es difícil identificar sus cargos y competencias.
En los centros locales encontramos cargos con mando local, como los KO-RE-TE, que eran los representantes reales en las aldeas y estaban vinculados al Telestai y a las tierras KI-TI-ME-NA. Los PA-SI-RE-U o basileus eran una especie de ancianos de la tribu y estaban al frente de la KE-RO-SI-JA, algo parecido a un consejo de ancianos.
3.2. Comercio micénico
Los principales beneficios económicos de la sociedad micénica procedían de la tierra, la ganadería y el comercio. Es posible que el comercio contase con la existencia de una actividad libre de la iniciativa palacial. Se establecen contactos con puntos lejanos como las islas del Egeo, Macedonia y Tracia, Asia Menor el Valle del Éufrates, Egipto, Sicilia y sur de Italia o la Península Ibérica. Se crean establecimientos comerciales permanentes en zonas como Chipre, Asia Menor, Mileto, Colofón, Occidente y la zona Tarento y Siracusa.
Las exportaciones principales eran de productos agrícolas y manufacturas artesanas, mientras que las importaciones constituían materias primas (cobre de Chipre, estaño de Anatolia y Occidente) y productos de lujo (oro, marfil, ámbar, piedras preciosas, especias).
La expansión comercial pudo ser uno de los trasfondos históricos que darían una explicación a la guerra de Troya.
Las actividades comerciales, así como los documentos más recientes de la época se encuentran escritos en lineal B, una forma arcaizante de griego que empezó siendo usada por burocracia palacial y pasó posteriormente al ámbito público. Fue descifrado en 1953 por M. Ventris y J. Chadwick.
3.3. La religión micénica
Se han encontrado frescos procesionales en el mégaron, lo que podría indicar que se practicaban ceremonias en palacio aunque, según Dickinson, estas pertenecerían a un culto específico y no tendrían lugares para concentraciones.
En la actualidad conservamos algunas áreas y edificios cultuales como Delfos, Olimpia o Epidauro. Textos en Lineal B documentan la adoración de algunos dioses del panteón clásico como Zeus, Poseidón, Dionisos, Artemis y, posiblemente, Hermes.
Existían colegios de sacerdotes en los que había tanto hombres como mujeres que se encargaban de atender sacrificios incruentos (animales) y cruentos (humanos).
3.4. El fin del mundo micénico: diferentes hipótesis
Desde el HR III B al HR III C y a lo largo de éste (1200-1100 a.C.) se producen una serie de destrucciones que acabarán con el mundo micénico. Hay varios hechos que sabemos con los que podemos elaborar las hipótesis de su desaparición: se refuerzan las defensas en Micenas, Tirinto y Atenas (los que podemos interpretar como un temor a posibles ataques); en Micenas se produjeron una serie de destrucciones e incendios  (pudo ocasionarse en 1200 o 1150 una destrucción por el fuego, o una decadencia paulatina en los ss. XII-XI a.C.); el palacio de Pilo fue destruido por un incendio hacia el 1200 a.C.; Tirinto y Tebas también fueron destruidos (fecha difícil de precisar); hacia el 1200 a.C. desaparecen centros menores: menos en HR III C (1200 – 1100 a.C.). Quedaron, sin embargo algunas zonas prácticamente intactas, como es el caso de Tesalia, la Elide, Arcadia y las islas del Egeo. Acaya y Ática se convirtieron en lugares de refugio.
Existen diferentes teorías acerca del fin de la civilización:
-          Invasión de los dorios: es la teoría tradicional. Está basada en leyenda del retorno de los Heraclidas, los hijos de Heracles (Hércules), que acabarían ocupando el Peloponeso y la distribución dialectal griega (dorio). Esta teoría tiene una fuerte objeción y es que no hay datos arqueológicos de irrupción o nuevos asentamientos.
-          Fin relacionado con “pueblos del mar”: ruptura de las relaciones comerciales en el Mediterráneo oriental. La objeción que presenta esta teoría es que las destrucciones se dieron lejos de la costa y no en las islas.
-          Causas naturales: cambio climático, catástrofe sísmica, o generalización endémica de enfermedades.
-          Causas internas: provocadas por contradicciones de la sociedad micénica. La organización palacial micénica estaba en contrate con los centros rurales, que  no estaban plenamente integrados; los Basileus estaban enriquecidos y había una gran descentralización. Un aumento de la presión fiscal sumada a la crisis del Mediterráneo oriental habría podido causar los problemas internos.

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