viernes, 20 de abril de 2012

Renacimiento y Humanismo en Italia


Italia: La cuna del Renacimiento



En Italia las comunas oligárquicas que antiguamente seguían un modelo político republicano, darán paso a “principados” monopolizados por las familias más poderosas de la ciudad (como los Medici en Florencia, los Sforza en Milán o los Papas en Roma). Este fraccionismo italiano es fomentado por el papado, que no desea el desarrollo de un poder fuerte cerca de las fronteras de los estados pontificios. La historia italiana de este período está marcada por las guerras de poder internas del país. Los partidarios del poder papal recibieron el nombre de güelfos[1], y los partidarios del poder de los emperadores, el de gibelinos.  Pero pese a la debilidad que supone esta situación, es de Italia de donde salen las formas de pensamiento revolucionario que caracterizan la época, y que son acogidas ávidamente por las restantes cortes europeas.El surgimiento de estas nuevas monarquías y principados tendrán como consecuencia la aparición de cortes palaciegas que actuarán como verdaderos focos de mecenazgo para el mundo de la cultura[2]. El Renacimiento en Italia tiene tres grandes focos: Florencia, Roma y Venecia. El esplendor de Florencia se debe principalmente a los Medici[3], una familia de banqueros y en especial a Lorenzo el Magnífico[4]. El poder de los Medici sobre Florencia se vio interrumpido cuando accedió al poder el conservador Savonarola. Sus seguidores fueron abundantes[5] y de talante muchas veces fanático. Le arrebató el poder a los Médici y creó las famosas hogueras de las vanidades, donde quemó numerosos libros y obras.  Sin embargo, el nuevo papa, Alejandro VI, se alió con los aristócratas y persiguieron tanto a Savonarola como a sus seguidores. Finalmente, todos ellos fueron aprisionados como herejes y Savonarola fue quemado en la hoguera en la plaza de Florencia.


El pensamiento humanista en Italia 


Se plantea una nueva educación en Italia: los estudios de humanidades (studia humanitatis). Todo lo referido a la palabra y la escritura toma una gran importancia, como la retórica. Se produce una exaltación de las lenguas clásicas: latín y griego[6]. La gente pudiente tenía libros en casa e, incluso, bibliotecas. También se crean bibliotecas públicas para que todo el que quiera pueda consultar los libros. En Italia se pueden distinguir dos corrientes de pensamiento humanista: la escuela veneciana y la escuela florentina. En Florencia proliferaba una visión del mundo platónica en la que tienen mucha importancia algunos traductores de griego como Georgios Gemistos. Antes de marcharse de Florencia, Gemistos había preparado intelectualmente un joven que era hijo del médico de Cosme de Medici. Durante doce años, Cosme de Medici colaboró con Ficino en su traducción de Platón[7]. Cosme fundó la Academia Platónica florentina[8] en la que se impartieron las enseñanzas de Platón. Al principio no eran más que reuniones de amigos para discutir temas literarios, y no fue más allá del grupo de eruditos ligados a la familia de los Medici. Sin embargo, fue imitada en otras ciudades de Italia y posteriormente en todas las naciones de Europa. Uno de los integrantes más importantes de la Academia era también el miembro más joven: Pico della Mirandola quien, pese a morir muy joven (a los treinta y un años) quedó como el intelectual más grande de su tiempo[9].El centro humanista de Venecia es la gran imprenta de Manucio[10], quien inventa el libro de bolsillo. La visión veneciana es más Aristotélica, siguiendo, al menos en parte, la filosofía de Averroes. Los mayores centros de la imprenta se encontraban en Venecia, Basilea, París y Amberes y la transmisión de los textos se hacía a través de las rutas comerciales (mapa pág. 11).Otro gran filósofo importantísimo de la época fue Nicolás de Maquiavelo (1469 – 1527). En 1498 se le nombró canciller del Consejo de la Signoría de Florencia. Inmediatamente pasó a secretario de Estado, cargo en el que se mantuvo durante 15 años. En este tiempo se le encomendaron 23 misiones diplomáticas que Maquiavelo llevó a cabo con gran sagacidad y "savoir faire". Maquiavelo se declaró enemigo de los Médici, por lo que cuando éstos regresaron al poder en Florencia fue depuesto de su cargo y desterrado, en el año 1512. El papa León X le amnistió por lo que pudo regresar a Florencia. Sin embargo, poco tiempo después murió. Se cree que fue envenenado. Maquiavelo escribió entre otras obras El Príncipe, dedicado al Gran Duque de Médici, donde exponía sus principios acerca del buen gobierno. Su ideario político es resumido con frecuencia en la conocida frase "El fin justifica los medios".



[1] El poeta Dante Alighieri perteneció a una facción de este grupo: los güelfos blancos, que tuvieron numerosas disputas (en las que resultaron perdedores) con los güelfos negros.
[2] Serán estos mecenas los que harán posible la aparición del Renacimiento y el Humanismo ofreciendo protección y dinero (gentil auspicio) a los pensadores y artistas (se trata de una cultura muy cara). Los mecenas más importantes fueron los Medici en Florencia, los Sforza en Milán y los papas en Roma.
[3] Los Medici fueron unos brillantes cancilleres que, si bien no respetaban la vida ni la hacienda de ningún ciudadano, establecieron una gran libertad de pensamiento, convirtiendo Florencia en una ciudad en la que se podían desarrollar, con una inmunidad relativa, los estudios humanísticos.
[4] Fue un gran patrón de la artes, encargando trabajos a Miguel Ángel, Leonardo Da Vinci y Botticelli. Lorenzo también fue un talentoso músico y trajo a Florencia a algunos de los compositores y cantantes más famosos del momento, como Alexander Agricola, Johannes Ghiselin, y Heinrich Isaac.
[5] Uno de los seguidores de Savonarola fue el pintor Rafael Sanzio, quien realizó un cuadro poniendo de manifiesto la injusta persecución que sufrió el dominico.
[6] “(…) la (lengua) griega, sin la cual es vergüenza que una persona se califique de sabio”: François Rabelais: Gargantúa y Pantagruel (1532 – 1564).
[7] Para Marsilio Ficino, Sócrates y Platón habían sido tan dignos de recibir la revelación de la verdad como los propios evangelistas.
[8] Sus miembros más destacados eran Cosme de Medici, Marsilio Ficino, Benedetto Varchi, el hijo de Cosme, Lorenzo de Medici, el arquitecto León Baptista Alberti, Cristoforo Landino (el más anciano del grupo) y Pico della Mirandola (el más joven)
[9] Para Marsilio Ficino, el hombre era vicario de Dios, una imagen de Dios, nacida pan regir el mundo y que podía pretender todas las cosas. Pico della Mirandola, puso en boca de Dios la siguiente frase: «Tú, que no estás sujeto a ningún límite, determinarás por ti mismo tu propia naturaleza, según tu libre voluntad.»
[10] Aldo Manucio (1449 – 1515). Una de las ambiciones de Manuzio era evitar que las obras de la literatura griega cayesen en el olvido o la pérdida física, por lo que las convirtió en sus principales proyectos de edición

No hay comentarios:

Publicar un comentario