El cristianismo, que desde su
aparición había sido una religión marginada e incluso a veces perseguida, había
obtenido por fin el reconocimiento de la sociedad romana a principios del siglo
IV, con la publicación del Edicto de Milán[1].
Pero la victoria definitiva del cristianismo se produce en el año 391 cuando se
completa la oficialidad de la religión católica en el Imperio romano tras la
promulgación del Edicto de Tesalónica[2]
con leyes muy duras en contra del paganismo.
A partir del siglo XI y el siglo XII,
se introducen en el cristianismo una serie de innovaciones dogmáticas que
tuvieron gran transcendencia: la imposición del rito romano[3],
el celibato, el hallazgo del papel del purgatorio en la religión[4],
la mariolatría (La intensificación del papel de la Virgen María) y la
institucionalización de los sacramentos[5].
Otro elemento característico del
cristianismo medieval fueron las cruzadas. Su objetivo era la recuperación de
los Santos Lugares que se encontraban en manos de los “infieles”. Estas alianzas
militares en la Europa cristiana empezaron a partir del Concilio de Piacenza,
en 1095, impulsadas por el Papa Urbano II. En total hubo ocho cruzadas
oficiales entre este año y el año 1291 con la caída del último bastión
cristiano en Tierra Santa: la ciudad de Acre.
Estas expediciones eran llevadas a cavo por las órdenes militares[6].
En Roma, la Congregación del Santo
Oficio fue creada en el año 1542 por el Papa Pablo III. Su principal tarea fue desmantelar y atacar a las organizaciones, corrientes
de pensamiento y posturas religiosas que minaran la integridad de la fe
católica, y examinar y prohibir los libros que se considerasen ofensivos para
la ortodoxia. Al principio, la actividad de la Inquisición romana se limitaba a
Italia, pero el 1555, el Papa Pablo IV comenzó a perseguir a numerosos
sospechosos de heterodoxia, entre los que se encontraban varios miembros
de la jerarquía eclesiástica.
[1]
El Edicto de Milán (Edictum
Mediolanense) fue promulgado en el año 313 por los emperadores Constantino I el
Grande (c.272 – 337) y Licino (c. 250 - 325). En la
primera parte del edicto se establece el principio de libertad de religión para
todos los ciudadanos y, como consecuencia, se reconoce explícitamente a los
cristianos el derecho a gozar de esa libertad. En la segunda se decreta restituir
a los cristianos sus antiguos lugares de reunión y culto, así como otras
propiedades, que habían sido confiscados por las autoridades romanas y vendidas
a particulares durante las persecuciones que sufrieron en el pasado.
[2]
El Edicto de Tesalónica (Cunctos Populos) fue publicado en el año 380 por los
emperadores Teodosio I el Grande (347 – 395) y Valentiniano II (371 –
392). Su objetivo es proclamar la religión católica como la religión oficial
del Imperio Romano: “(…) Queremos que
todos los pueblos que son gobernados por la administración de nuestra
clemencia profesen la religión que el divino apóstol Pedro dio a los romanos
(…) creemos en la divinidad única del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo(…) Ordenamos
que tengan el nombre de cristianos católicos quienes sigan esta norma, mientras
que los demás los juzgamos dementes y locos sobre los que pesará la infamia de
la herejía.” [“MPPP. Gratianus, Valentinianus
et Theodusius AAA. Edictum ad populum verbis Constantinopolitanae”]
[3]
El rito romano es el rito litúrgico
usado por la Iglesia. La Oración Eucarística “fue modificada y reconstruida substancialmente en algún momento entre
los siglos IV, VI y VII”: [Adrian Fortescue]; Este rito ha sido modificado
varias veces por los papas, siendo el más actualizado de promulgado en el
concilio Vaticano II (1959) por el papa
Juan XXIII.
[4]
El purgatorio es una especie de estadio intermedio entre el cielo y el
infierno. La importancia que se le da a partir de ahora a este elemento
favorecerá la función intermediadora de la Iglesia a través de las oraciones y
misas e incrementará el papel de los santos.
[5]
Especialmente la penitencia y la comunión pascual, que se
plantean como trámites anuales que el fiel ha de cumplir ante su párroco y
confesor. Los sacramentos, sobre todo los que significan cambios vitales
(bautismo, matrimonio, extrema unción), y los rituales funerarios,
cohesionaban fuertemente a la sociedad local.
[6]
Las órdenes militares eran sociedades de caballeros cristianos (miles Christi), que eran mitad monjes y mitad soldados.
Las más relevantes fueron la orden del Santo Sepulcro, los Templarios y los
Hospitalarios. En España destacan las de Santiago, Calatrava y Alcántara.
[7]
La Inquisición Española fue fundada en el año 1478 por los Reyes Católicos a
imitación de otras instituciones del mismo tipo surgidas en otros países, con
la característica de que estaba ligada a la monarquía. Las actividades
principales de la Inquisición Española se centraron en la búsqueda de falsos
conversos, influyó en la expulsión de los judíos en 1492 y la de los moriscos
en 1609, una dura represión contra el protestantismo y ejerció de censora para
defender los intereses del cristianismo. También fue importante la “caza de
brujas” fruto del sentimiento supersticioso de la época, que acabó con la vida
de muchas mujeres. El inquisidor español más famoso fue Tomás de Torquemada,
prior de los Dominicos de Segovia, que fue inquisidor entre 1481 y 1498.
chupalooo...!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! lol
ResponderEliminarpa ke kieres saber eso jaja salu2
Eliminarporfavor respeta que las paginas asi np son para que tontos como tu publique cosas asi de estupidas, asi que puensa antes de hacer las cosas
Eliminarme sirvio de mucha ayud
ResponderEliminarsi es sierto juan mañana me das la tarea porfa soy jhonatan
Eliminarpero la profe dijo en google academico
EliminarNGÑZKSGNHXVKSDUVGBKXBUVKDVBSHK
ResponderEliminarOla k ase
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