Es posible que una de las causas que
le hicieran decidirse a tomar cartas en el asunto fuera su visita a Roma en
1511, cuando sufrió una grave crisis de fe y vocacional al observar de primera
mano la corrupción de la cabeza de la Iglesia. Así, varios años después, en
1517, redacta sus 95 tesis[6]
sobre las indulgencias y las clava, el 31 de Enero, en la puerta de la iglesia de la universidad de Wittenberg. Es el
comienzo de la Reforma Luterana.
Las reacciones no tardaron en
aparecer: en 1518, se “invitó” a Lutero a retractarse de sus palabras, pero
este, apoyado por sus seguidores, no lo hizo. En 1521, la dieta de Worms[7]
lo exilió y decretó la quema de sus libros. Lutero pudo esquivar la condena con
ayuda de su amigo, el príncipe elector Federico el Sabio y con ayuda de otros pensadores como Felipe Melanchton
pudo continuar su obra[8].
Así se sentaron las bases de la religión Luterana: la predestinación del
hombre, una relación más directa del hombre con Dios sin necesidad de
intermediarios, una Iglesia más modesta e igualitaria y una liturgia más
participativa.
Este inicio de reformas envalentonó a
otros que siguieron los pasos de Lutero creando doctrinas aparte, como Thomas
Münzer y los anabaptistas, Juan Calvino y el calvinismo, o el anglicanismo en
Inglaterra, motivado por el rey Enrique VIII.
Entre 1545 y 1648, la Iglesia inició
un periodo de cambios que han sido denominados como contrarreforma. Sin
embargo, algunos historiadores niegan que fuera una simple respuesta a la
reforma iniciada por Lutero, sino que fue algo que sucedió al margen de esto y
que se habría dado en cualquier caso.
Las principales medidas de la
contrarreforma fueron:
- El Concilio de Trento: convocado por el papa Pablo III entre 1545 y 1563. Sus principales acuerdos fueron la magnificencia e infalibilidad del Papa, el refuerzo al culto de la Virgen y los Santos y la importancia de la transustanciación (la transformación del pan y el vino en carne y sangre)
- La Compañía de Jesús o los jesuitas: fundada en 1540 por Ignacio de Loyola tenía misión educativa y evangelizadora y además de los votos de pobreza, obediencia y castidad, tenían un cuarto de total sumisión al Papa.
- Se reactiva la Santa Inquisición (pág. 8).
- Se redacta el El Index librorum prohibitorum et expurgatorum: el índice de libros prohibidos por la Iglesia o Índex.
[1]
En la coronación del papa Alejandro VI, para honrarle, el pueblo romano
construyó un arco de triunfo con la inscripción: “La Roma de los Césares fue grande, ésta de los Papas lo es más;
aquéllos eran emperadores, éstos son dioses”. Aunque la autoría de este
escrito no puede atribuirse al Pontificado, si es cierto que los Papas se
sentían omnipotentes y con derecho sobre los reyes; lo cual se demuestra con el
lenguaje usado en sus bulas y excomuniones.
[2]
Erasmo (1466 – 1536) criticó duramente a la sociedad eclesiástica de su
tiempo, pero no tomó partido ni se decidió por ningún bando alegando estar en
la posición de erudito observador, por lo que fue criticado tanto por católicos
como por protestantes. Se dio la situación, de hecho, de que el Papa Adriano
VI, que era casi su compatriota, le ofrecía un capelo (título de cardenal) al
tiempo que Lutero le pedía por carta que se uniera a la causa reformista. A
estas peticiones Erasmo respondió rehusando el capelo del Papa y a Lutero le
dijo que, deliberadamente, no había leído sus escritos.
[3]
Otros humanistas que criticaron a la Iglesia fueron, por ejemplo, el inglés John Wyclif y el alemán Jan Hus.
[4]
La predestinación era una teoría de San Agustín que plantea que sólo Dios elige
al que ha de alcanzar la salvación.
[5]
“Sé pecador y peca fuerte, pero sé aún
más fuerte en tu fe y alegría en Cristo” (Martín Lutero).
[6]
Se pueden resumir las 95 tesis sobre las indulgencias en seis puntos fundamentales:
1. Las indulgencias solo tienen valor para liberar de las penas que la
Iglesia ha impuesto a través del Papa o sacerdotes. Estas penas solo se
aplican a los vivos puesto que los muertos ya son libres de las leyes
de la Iglesia. 2. El cristiano verdaderamente arrepentido tiene derecho
al perdón completo aún sin cartas de indulgencias. Dios le ha
concedido la libertad que nadie le puede quitar. 3. Es preferible hacer
obras de caridad y suplir las necesidades de su hogar que comprar indulgencias.
4. Es doctrina humana predicar sobre
el valor de las indulgencias. Lo cual es solo una forma de sacarles el dinero a
los pobres. 5. Incurren en blasfemia aquellos que afirman que
la Indulgencias son el inestimable don de Dios, que si San Pedro viviera
hoy no podría conceder mayores gracias o que la cruz con las armas
papales equivale a la cruz de Cristo. 6. ¿Porqué el Papa, cuya
fortuna es mayor que la de los más grandes ricos, no construye de su
propio dinero la basílica de San Pedro, en lugar de hacerlo con el de los
pobres creyentes? ¿Por qué si el Papa puede sacar del purgatorio a las
personas, no lo vacía sin pedir dinero, solamente por amor cristiano? Se
debe enseñar que si el Papa conociera los excesos de los predicadores de
indulgencias preferiría vender la basílica de San Pedro o reducirla a
cenizas antes que construirla con la piel y huesos de sus ovejas
[7]
Fue una asamblea integrada por los príncipes del Sacro Imperio Romano
Germánico y presidida por el emperador Carlos V.
[8]
Fue decisivo para la difusión de su pensamiento (así como para muchísimas otras
cosas) el que posiblemente sea el invento más importante de la era Moderna: la
imprenta. Fue creada en el año 1440 aproximadamente, por Johannes
Gutenberg. Fue el principal medio de difusión de ideas desde su invención hasta
la aparición de Internet y fue crucial para la redacción y distribución de
algunos de los textos más importantes de la Historia, como la Enciclopedia de Diderot y d’Alembert
(siglo XVIII).
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