1-
Rasgos estructurales de la época clásica
Se conoce como Época
Clásica la época que abarca el siglo V y parte del IV (hasta
Alejandro -336- ).
1.1.Rasgos estructurales
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Se produce un choque de
intereses
(básicamente imperialistas) entre los griegos
y los persas, que desemboca en las Guerra Médicas.
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Se desarrolla la democracia
radical, con Atenas como la gran impulsora de este sistema político.
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Estalla un conflicto entre los propios griegos: las Guerras del Peloponeso.
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Gracia sufre problemas con la pervivencia
de la pólis como sistema político ideal.
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Desarrollo del esclavismo.
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Se produce un apogeo de las manifestaciones
artísticas y literarias
2-
El enfrentamiento greco-persa (499-479)
Las principales fuentes griegas de
las que disponemos para tratar este asunto son Heródoto (fin = 479), los trágicos del s. V (Esquilo, Los persas), oradores del s. IV (Isócrates), Platón, Plutarco etc.
2.1. La sublevación de jonia
(499-494)
En ca. 546 Ciro II derrota a Creso, rey de Lidia. Las ciudades griegas de Asia se
encuentran bajo el domini o persa y eran dependientes de Sardes, que estaba dominado por grupos oligárquicos o tiranos a los que
pagaban tributos.
En el año 499 a.C. se produce la rebelión de Mileto.
Aristágoras, tirano de Mileto,
renuncia a la tiranía por motivos personales (fracaso en expedición contra
Naxos), proclama la isonomía e incita a las ciudades griegas de
Asia Menor a la rebelión contra Persia.
Para explicar las
causas profundas de la rebelión se han ofrecido diferentes propuestas:
Motivos financieros:
tenían que soportar una fuerte tributación
Motivos económicos:
entraron en un estado de recesión tras el control persa de los Estrechos.
Además tenían la competencia con los fenicios y se produjo otra recesión tras
caída del reino Lidio. El profesor Nenci dice que “de intermediarios entre dos mundos, el minorasiático y el griego, pasan
a estar en la periferia del imperio aqueménida, que no miraba hacia Occidente
sino al interior de Asia”
Motivos políticos: existía
una fuerte impopularidad de la tiranía y ansias de libertad.
Se produjo una extensión
de la revuelta en Jonia y Eolia donde se instauraron regímenes democráticos.
Se pide ayuda a la Grecia continental (Aristágoras va a Grecia personalmente).
El asunto pasa de ser un “problema doméstico” a convertirse en un grave conflicto
entre oriente y occidente.
A esta llamada de
auxilio no responde Esparta, pero si Atenas, que enviará 20 naves y de Eritrea,
que envía cinco. Las razones de la ayuda tienen que ver con la tradición de
hermandad jonia y los intereses en la zona de los Estrechos.
En el 498 se
produce el incendio de Sardes. Se extiende la revuelta a Caria,
la Propóntide y Chipre. La derrota en Éfeso provoca la retirada
de griegos continentales.
En 497-496 los
persas recuperan la Propóntide, Chipre y Caria.
En el 494 se
produce la batalla naval de Lade que se salda con la derrota griega
y el fin de la revuelta jonia.
Mileto es arrasada y su
población masacrada, deportada y esclavizada
2.2. Darío y la Grecia continental: las campañas
de Mardonio y Datis
La participación ateniense en
las revueltas fue muy modesta, pero para Darío (que se hizo con el poder
en el 521 a.C.) supuso la necesidad de someter la Grecia europea y el casus
belli para preparar una expedición punitiva (de castigo).
En 492, Mardonio,
un noble persa, general de
uno de los ejércitos persas, logra el control sobre Tracia, Macedonia
y Tasos (491), consiguiendo así el control persa del norte del Egeo.
Con la construcción
de barcos persas, Grecia no duda del próximo ataque y se prepara para la
guerra. En el interior de Grecia se dio un caso de polarización de posturas: los
propersas como Beocia y los antipersas como Eubea y Atenas.
En Atenas: Milcíades
se encargó de la defensa por tierra y Temístocles de la defensa por
mar. En Esparta Cleómenes apoyó a Atenas. Egina,
que había entregado
tierra y agua a Persia en señal
de sumisión, fue apoyada por Demarato.
En 490 se llevó a cabo por parte de los persas, la expedición de Datis
junto a Artafernes e Hipias. Su objetivo era cruzar el Egeo y someter las Cícladas y castigar a Atenas y Eretria (Herod. 6.96).
Tras el reconocimiento de la soberanía persa
por parte de las Cícladas, los persas desembarcan en Eubea (son tomadas Caristos y Eretria).
En el 490 a.C., se produce el desembarco persa en el Ática y la batalla
de Maratón, que termina con la victoria ateniense y será exaltada en la
tradición posterior.
Poco después se suceden unas circunstancias
que obligan a los persas a posponer la guerra contra los griegos: la sublevación en Egipto, la muerte de Darío (486), la sucesión de Jerjes y la Sublevación
de Babilonia.
2.3. La política seguida tras Maratón
Se
da la siguiente sutuación en el interior de Grecia: priman los intereses
particulares de las póleis, no se produce la formación de
un frente unido antipersa y esparta lleva a cabo la fortificación del
Istmo de Corinto.
En
Atenas se están viviendo años de intensa actividad política: la vieja
aristocracia, representada por Megacles, Jantipo y Arístides quiere una defensa por
tierra, mientras que Temístocles
aboga por la defensa por mar. Se producen algunos cambios políticos, por
ejemplo: los arcontes elegidos por sorteo, lo que posibilita que
todos tengan oportunidades, y se aplica la ley del ostracismo a Hiparco,
Megacles y Arístides (488-482).
Temístocles pone en práctica su política naval. El problema de
financiación que tenía se ve resuelto cuando en 483/2, se descubren nuevas vetas
ricas de plata en las minas del Laurión, lo que posivilita la
construcción de 200 trirremes para la proteccion marítima.
En el 481 a.C. se hace una llamada a la unión de los griegos. Se realiza un congreso
en Corinto con el fin de crear una “alianza panhelénica”. Las
características de ésta alianza son: estar bajo la dirección espartana,
aporte de contingentes militares por parte de todos los inntegrantes, castigo a
las póleis que medizan (simpatizan o apoyan a los persas), reconciliación
entre griegos (Atenas y Egina) y petición de ayuda a Siracusa, Creta, Corcira
y Argos pero sin resultados (no abandonan su neutralidad).
2.4. La expedición de Jerjes
y la victoria griega
Jerjes
comienza los preparativos para la empresa contra gracia. Cuenta con un enorme ejército con fines anexionistas, víveres
en la costa Tracia, un canal en el monte Athos y dos puentes de barcas en el Bósforo.
En
el año 480 a.C., el ejército terrestre atraviesa Tracia y la flota cruza
el Egeo.
La
flota griega se posicionó en el cabo de Artemisio, al norte de
Eubea y las tropas terrestres, que eran muy escasas (unos 7.000 hombres)
y estaba dirigida por uno de los reyes de Esparta, Leónidas, convatió
con valentía en las Termópilas.
El cuerpo principal del ejercito de Leónidas se situó en
la línea de costa y se hicieron fuertes gracias a las características del
terreno y la recontrucción del muro focense. El contingente focense, que estaba
más familiarizado con el terreno, se situó en una zona secreta por la que
podría pasar Jerjes en caso de encontrarla. Y en efecto, la encontró gracias a
la participación de un traidor griego: Efialtes. Jerjes envió a uno de sus
generales, Hidarnes, con las topas de choque que recivían el nombre de
inmortales (ya que inmediatamente tras morir un soldado era reemplazado por
otro). Hidarnes acabó con el contingente focense y Leónidas, al ser informado,
envió al grueso de su ejercito de vuelta a casa y se quedó luchando junto con
tebanos, tespietos y 300 espartanos. Los griegos lucharo hasta su derrota
llevándose consigo a numerosos “inmortales”, entre ellos a dos hermanos de
Jerjes.
Tras esta batalla, el ejército
persa se dirige al Ática.
Temístocles ordena desalojar atenas y los persas toman la acrópolis. Se
produce la batalla naval de Salamina, que acaba con la
victoria griega y el retroceso de las tropas persas.
Mardonio permanece en Tesalia e intenta la defensa de Beocia y
establecer contactos con asia por Macedonia. Busca el apoyo
ateniense por vía diplomática, pero tras la neagtiva de atenas se
realiza una nueva incursión en el Ática en el 479 a.C.
En
ese año (479 a.C.) se producen las batallas decisivas para la victoria
griega. La batalla de Platea supone un choque decisivo y termina con la victoria
griega y el fin de la presencia persa en el centro y norte de
Grecia. Tras la Batalla de Mícale la flota persa es derrotada y
se produce la rebelión de Jonia contra Persia. La toma de Sestos
por Atenas permite el aprovisionamiento de trigo del Ponto.
Según
Heródoto: la batalla de Mícale fue la que supuso el fin de Guerras Médicas
(aunque tras ella ni terminan los enfrentamientos ni desaparece la amenaza de
nueva guerra) por que se inicia una nueva época ya que se produce un paso a
política ofensiva y cambios en Grecia.