1)
El primer paso para realizar un comentario de
texto histórico es preparar el texto. Para ello habrá que leerlo
detenidamente y subrayar las palabras e ideas claves para que, a la hora de la
redacción, no pasemos ningún detalle por alto, así como numerar las líneas del
texto en ambos márgenes (generalmente con múltiplos de cinco) para poder hacer
referencia al texto con más facilidad.
2)
A continuación procederemos a realizar una introducción.
En ella deberemos señalar varios aspectos:
-
Señalar la naturaleza del texto, el tipo de
fuente y su función. El tipo de fuente con las que trabaja el historiador
suelen ser escritas, aunque también pueden ser restos arqueológicos o
artísticos. La naturaleza del texto se refiere al tipo de texto (un relato
épico, una carta, una recopilación de leyes, un diario de navegación, etc.).
Dependiendo de la naturaleza del texto, su función varía. Hay que explicar con
que propósito está escrito dicho documento (por qué habla de lo que habla).
-
Localizar en el tiempo y en el espacio. No
podemos entender un documento histórico extrapolándolo de sus dimensiones
espaciotemporales, por lo que este paso es obligatorio. No consiste en decir la
época en la que se escribió, eso lo haremos en el siguiente paso, sino en la
que está basado.
-
Identificación del autor. Por lo general, el
autor vendrá dado en el texto, por lo que tendremos que explicar todo lo que
sepamos de él (fechas en las que vivió y en las que escribió el documento,
lugares de residencia, viajes realizados, ideología política, si fue testigo
presencial de los acontecimientos que narra, etc.), de esta manera podremos,
entre otras cosas, comprobar el grado de veracidad del documento (aspecto que
también habrá que señalar). También se hará una breve mención a la obra de la
que está extraído el texto (si se conoce) Si el autor es anónimo también hay
que decirlo.
La extensión de esta parte del comentario será
inversamente proporcional a la fama del autor (si es un autor muy conocido como,
por ejemplo, Julio Cesar, la biografía será menos extensa que si es otro menos
conocido, como Cristóbal Cellarius o Casiodoro).
3)
Tras la introducción, procederemos a redactar un
análisis o resumen del texto. Éste debe ser corto (lo menos extenso
posible), pero que abarque todos los temas importantes del texto.
4)
Contexto histórico. Deberemos explicar
todos los aspectos importantes de las épocas anteriores a la que está
ambientado el texto que nos permitan entender mejor dicho texto. Por ejemplo,
en un comentario sobre la Revolución Francesa de 1789, tendremos que describir cómo
era la sociedad del Antiguo Régimen, el pensamiento racionalista, la creación
de la enciclopedia y su contribución a la difusión de la cultura, las
revoluciones en América etc. (centrándonos sobre todo en los aspectos que trate
el texto).
5)
Comentario propiamente dicho. El
comentario debe realizarse sobre el texto, por lo que tiene que estar plagado
de referencias al mismo. Estas referencias se harán entrecomilladas o, más
preferiblemente, indicando la línea (que ya habremos numerado en el primer
paso). Es importantísimo parafrasear lo menos posible el texto (hay que
comentar, no repetir). El análisis puede ser lineal, siguiendo el orden del
texto (tiene la ventaja de que no se deja nada sin comentar y la desventaja de
que es fácil caer en la paráfrasis) o por temas (de esta manera no se copiará
nada del texto, pero se tiene que tener cuidado de no dejar nada sin analizar).
También hay que explicar las palabras e ideas principales (subrayadas en el
primer paso). Por ejemplo, si en el texto aparece la palabra polis tendremos que explicar todo lo que
sepamos sobre las polis griegas (gobierno,
localización de las polis
mencionadas, tradiciones etc.) o si habla del descubrimiento de América, habrá que
explicar todo lo que se sepa sobre la navegación de la época (instrumentos de
navegación, como el astrolabio, los diferentes tipos de naves utilizadas, los Vientos
del Oeste y los Alisos, las mareas), así como otras cuestiones que tengan que
ver con el tema (por qué Portugal rechaza el proyecto de Colon y Castilla no,
por qué se intenta buscar una ruta alternativa a las Indias, las conquistas
portuguesas, etc.). Todas estas observaciones se pueden realizar como notas a
pie de página.
En el comentario de
texto histórico NO es aconsejable añadir opiniones personales o juicios
de valor. El historiador es un observador del pasado, no un juez. Además, hay
que realizar el comentario de texto teniendo en cuenta el pensamiento de la
época, intentando extrapolar nuestro pensamiento del pensamiento actual. Por esto, la conclusión final debe limitarse a un pequeño resumen sobre la situación inmediatamente posterior a los hechos narrados y una reflexión sobre cómo contribuyeron dichos hechos para que se diera esta situación.
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